En la mar océana...

Nos habíamos despedido de mala forma, de reojo. Y hacía años que no la veía pero hace unos días en la mar océana nos volvimos a encontrar. Como tantas veces giraba sobre mi. Me buscaba, se escondía. Ella era inconfundible e insaciable. ¿Os había hablado antes de mi sombra?

Hombres de barro

Mientras un tipo espigado y con ropa de cuando era menos talludito se acercaba a los viandantes encorvado y haciendo carantoñas otros dos hombres cubiertos de barro repetían la escena del asesinato de Julio Cesar a manos de Bruto una y otra vez, todo ello sin parar de andar. Desde un balcón con vista privilegiada sobre la plaza una mujer peliroja cantaba pasajes de zarzuela haciendo un verdadero prodigio en el cambio de voces incluso de vestuario ataviándose con sombreros y otros complementos para hacer más reales los personajes.
Cuando tuve conciencia de donde había entrado, de lo que estaba viviendo, no tuve valor para preguntarle a alguien donde estaba la Oficina Municipal de Recaudación y me uní a los que se pusieron a imitar al hombre encorvado. Supongo que podía permitirme el lujo de pagar un día de retraso.

Brevario (XIII)*

Cuando despertó, los mismos perros con distintos collares seguían allí.


* Brevario, es una palabra que viene de la unión de dos más conocidas, breve y relatario. La primera viene del latín (brevis) y la recoge oficialmente la Real Academia de la Lengua mientras que la segunda es invención del autor y la tengo recogida y dándole de mamar con lo que me queda de trovador de las almas perdidas...

Mi nuera

Siempre pensé que aquella nube no iba a descargar sobre mi cabeza. Y me equivoqué. Fui el centro de una cadena de rayos que me dejaron chamuscado. Toda una vida soñando y pagando una hidrólisis alcalina en condiciones para nada. Puedo escribir esta carta al director de su periódico habitual porque la providencia legalmente constituida me ha dado siete horas para arreglar mis papeles y pagar algunas deudas. Detrás de todo esto está la mujer de uno de mis hijos. Es abogada y se hace el horóscopo mientras espera en la peluquería cada viernes. No le llega para el sudoku.

Habla pueblo habla

Cada cuatro años, con jueces al servicio de los partidos políticos, con leyes que van en contra de los derechos de los ciudadanos (porque hay que servir al poderoso que viene del otro lado del Atlántico norte), con reglas electorales y sistemas de gobierno caducos y para nada representativos, con instituciones como el Senado que no aportan pero restan mucho, con bancos y un fantasma con cadenas llamado mercado que nunca dan la cara cuando se les necesita pero que siempre obtienen beneficios. Y por mucho más, que cada cuatro años es muy poco. Habla pueblo habla.