Siempre he llegado tarde y mal a los sitios. Me lo dijo mi entrenador tras aquella tarjeta roja que marcó mi carrera deportiva. Cada uno de los proyectos en los que me he ido incorporando siempre parecían tener fecha de caducidad en cuanto tomaba posesión de mi mesa de trabajo. Mi sombra era una crisis andante para las ideas y trabajos que parecían iba para largo y que apuntaban alto en sus inicios. ¡Eh! cuidado con lo que estás pensando ahora, de gafe no tengo un pelo, te lo he dicho claro en el título de la entrada, simplemente llego a los sitios tarde y mal. También mis relaciones amorosas y apasionadas concluían con desatino y falta de aprovechamiento. Propio de quien acude a las llamadas fuera de horario o con la cabeza pensando en otras cosas.
Y ahora postrado ante la vida que se me escapa en esta cama de hospital comarcal, ahora que leo los labios de mis enfermeras donde especulan sobre mi agonía, sobre las horas que me quedan de calor y de gasto sanitario, todo eso no me sorprende ni apena. Ya lo sabía. Llevaba dos días con unas ganas por vivir hasta ahora desconocidas. No podía haber otro final. Vuelvo a llegar mal y tarde.
22 comentarios:
Más vale tarde que nunca
Felices Fiestas y que no te falte de ná
BESOS
MUACSS!!!
Lo importante es que lleguen esas ganas de vivir, aunque sea tarde, y poder paladearlas hasta el último instante-
Un abrazo.
Para sentir las ganas de vivir...no será tarde ...
Un biko grandote, que disfrutes de los últimos días del año...yo te leo el próximo!
Abrazos.
Para vivir siempre hay ganas...
Un besazo y FELIZ NAVIDAD
A veces, saber que sigues respirando es la mejor manera de encontrar las ganas para vivir..
Encantada de conocerte :)
A veces pasa sentimos que llegamos tardeeeeee,medio llegamos o no llegamos,pero para vivir vale la pena aunque sea ese instante,conocerlo,sentirlo y guardarlo aunque creamos que llegamos tarde y mal.
Un abrazo navideño,Feliz Nochebuena y un gran abrazo!
Uy, qué relato más pesimista!
Bueno, pues yo te deseo felices fiestas y un año mejor aún, lleno de optimismo :-)
Besos selváticos.
¡En este tiempo tan especial te deseo toda clase de bendiciones ¡
Feliz Navidad, Antonio.
Y, nuevamente, gran final para tu relato. Y eso es definitivo.
Un fuerte abrazo.
Claro, si es que las prisas no valen para nada Antonio con lo cual que llegues tarde no tiene importancia y ¿mal?, yo no creo que llegues mal a ningún sitio.
Un abrazo y felididades.
Ojalá se supiera disfrutar del trayecto.
Mirando en positivo, más vale llegar tarde a la muerte que pronto,¿no te parece?
Feliz año
Saludos
Rosa
Yo siempre llego tarde a todas las cosas de la vida, tarde pero bien. A mí me gusta ser así. No tengo prisa alguna. Necesito observar mucho antes y asimilarlo interiormente.
Ah! y no, no puedo poner un ejemplo ...
Bsitos light! [a estas alturas todo light, pordió, que estoy saturá]
Espectacular.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Antonio, me dejo caer por aquí este último día del año viejo... quiero para ti amor, muuuuuuuuucho amor ¿vale? y que sigamos compartiéndolo.
Un beso muy muy nuevo
María
Ahora que me doy cuenta, en la misma entrada te felicité la Navidad y ahora el año Nuevo. No te me puedes quejar, jejejeje.
Un abrazo y Feliz Año!
Feliz año, Antonio.
Yo sí que llego tarde a tu entrada y aquí estoy, tan contenta jajaja. Deja el pesimismo a un lado, disfruta del día a día y vívelo como más agradable te resulte a ti y olvídate de los malos momentos, que esos vienen solitos y además, puntuales. Besos.
deberia llamarte colega pero como dices que no eres gafe pos no digo na de na, que te mejores, yo la verdad despues de toas las cosas que me pasan muchas ganas de vivir ya no me quedan
Gracias por vuestros comentarios. Que el año que están rodando con ruedas nuevas os vaya ¿bien?...¡no! mejor aún.. como vosotros esperáis...
Un abrazo.
Nos leemos.
Antonoi
Acabo de leer esta entrada Antonio.
Creo que soy el que más tarde ha llegado :-)
Nunca me has contado lo de la tarjeta roja y ni que decir tiene lo de la cama del hospital.
Por cierto, ¿te recuerdo otro momento en que llegaste mal y tarde?
¿Recuerdas?
Pues si no lo recuerdas te lo digo...
"""Perdiste un diente y la memoria""" :-O
:-O :-O :-O
Fue un salto entre dos. Llegaste tarde porque yo llegué antes a la pelota. Y mal porque pegaste un trompazo en el suelo que te quedaste sin diente y sin memoria. El suelo estaba mojado de ahí lo aparatoso del caso.
Aún recuerdo a todo el mundo en el hospital mirándote cuando decías...
¿Cómoooo? ¿Que se casa la Infanta Elena?
Daniel... la suerte de las bitácoras es que el tiempo no se mide igual, siempre hay un hueco para recibir comentarios. Gracias por tus paseos.
Por cierto, nunca me han expulsado de un terreno de juego (he jugado poco eso sí) pero en ocasiones dan ganas... y no me refiero a un campo de fútbol sino en otros sitios...en mis relatos hay mucha ficción pero siempre una doble lectura realista (o eso pretendo).
Hace poco conté la anécdota que narras a dos amigos blogueros y naturalmente me acordé de los que sufristeis aquello... se merecería alguna entrada... eso es cierto..
Un abrazo
Antonio
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