No quedó nadie que pudiera valerse por si mismo tras el estruendo y el caos posterior. En la comisaria central varios testigo relataban los hechos. Todos coincidían en haber vivido los segundos más amargos de sus existencias condensados en un grito que atravesó sus vidas y las aceras:
¡Ya están aquí los colegios!
4 comentarios:
Que descanso para los abuelos!
La vida sigue...jajaja ;)
Un abrazo, genial como siempre.
Aunque sé que es difícil no pensarlo a veces, es una pena que se asocie el comienzo del colegio a tener a los niños en una especie de aparcamiento donde no molestan durante un puñado de horas… aunque algunos niños no te dejan opción a pensar otra cosa…
Echo de menos ser parte del tumulto….
Joana, sí, el respeto a la conciliación entre trabajo y familia por mucha ley que hagan sigue siendo ridículo. Besos
Mayte... pero teniendo cuidado con la marabunta.. gracias. Besiños.
Manijera... qué nos gusta una bulla... kissess
Nos leemos. Antonio
Publicar un comentario