Desde el primer momento

Nos habían presentado en aquel garito con nombre estúpido de calle céntrica y decoración de los setenta, concretamente de películas de ciencia ficción de esa época del cine. Todo blanco. Camareros de colores. Desde el primer momento supe que me iba a caer mal, que me iba a causar problemas, que estaba ante la más sutil de las apariciones malignas paridas por un ser humano, que íbamos a acabar en la cama del lamentable hotel de decoración fetichista que está a la vuelta de la esquina de esa calle céntrica donde nos presentaron. No son los primeros que se preguntan ¿por qué? pues porque quería saber hasta donde llegaba esa belleza exterior, sí, esa tapadera superficial que alcanzaba la perfección visual entremezclando una gama de marrones y azules desérticos en la piel que me excitó desde el primer momento, esa fachada que escondía lo más violento y cruel que un ser humano puede mostrarse sin mediar palabra con el sencillo gesto de un saludo inofensivo.

(Me encerrarán por contarlo, Biblioteca Particular del Profesor Andrés Martínez)

4 comentarios:

Mayte dijo...

Nada es lo que parece y todo es lo que se insinua.

Besos.

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Me encanta ese prevenir lo inevitable.Un abrazo

La gata Roma dijo...

Pero si es que más de una vez se sabe el final antes de entender el principio… bueno, yo no, yo soy tela de tonta… jajaja

Kisses

Antonio dijo...

Mayte.... la insinuación tiene un lenguaje mágico, gozarlo es vivir.

Besiños.

Juan Antonio... lo que será será...
Un abrazo.

Manijera casi siempre es mejor no saber lo que va a pasar...
kisssssssssses



Nos leemos
Antonio