La lucha interna entre lo que ha quedado pendiente por hacer estas fiestas pasadas y lo que tengo que currar esta semana del retorno esta siendo de dimensiones tolki(e)nianas. Pero lo peor es que me están entrando unas ganas locas de ver otra especie de trilogía, una de Serguei Eisenstein, que conseguí por un precio irrisorio. Y ahora tras esto es cuando definitivamente me quedo sin lectores. No me salvan ni Phineas, ni Ferb ni uno de sus maravillosos inventos para matar las vacaciones. Al menos queda destrozada la tesis que insunuaba que dejar pasar el tiempo solucionaba los problemas.
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