La huida no es solución para quien ama el paisaje


La huida no es solución para quien ama el paisaje,
teme por su vida, por su equipaje
por las bailarinas chinas del cafe teatro
por los años en la calle Moi San Foix
dejó sus años perdidos entre libros de anticuario.
Visitó la letra cursiva de la imprenta embrutecida
y encontró dolor que busca paisajes de muerte y desolación
La huida no es solución para quien ama el paisaje


Poema enviado a Página 2 para su concurso de poesías del mes de Enero.

Realidad y utopía. Soluciones en clave de cofradías ( I )

Estaba dándole vueltas a la cabeza sobre como volcar en el blog mi nosecomollamarlo anarquismo cofrade sevillano respecto a la carrera oficial, vallas, peleas por un minuto más en la calle Sierpes, etc. , junto con la perdida de la conciencia de los ciudadanos de esta ciudad respecto al modo y forma de ver cofradías, de aquello que se llamó la educación cofrade, de aprender el arte y la ciencia de ver y vivir los pasos (no olvidemos representaciones de la pasión y muerte de Jesús) en esta ciudad. De entender que como música, silencios, bulla, globos, costales, cuestas del bacalao, muñidores, etc. nos identifica y distingue del resto pero siempre que se entienda en el contexto y con la mesura adecuadas. Es necesario aprenderlo, hay que mamarlo, como se suele decir, aprenderlo desde chiquetito.

Y me encuentro en internet una transcripción de parte de una conferencia que pronunció Paco Robles en la Carretería. Y me cuadra el círculo. Después os comento, leerlo ahora, vale la pena.

Lo que a mí me preocupa bastante es que hay una parte importante de la ciudad que vive a espaldas de la Semana Santa.

No es que hayan decidido vivir a espaldas de la Semana Santa, que tienen todo el derecho del mundo; yo conozco fervientes católicos que viven a espaldas de la celebración de la Semana Santa en la calle, van a oficios religiosos, pero no comprenden este mundo o los agnósticos ateos que no quieren participar en la Semana Santa, pero ojo, que juegan con el código que siempre se estableció en Sevilla: “como a mi no me gustan las cofradías, me voy a Sevilla Este, Chipiona o París, donde no hay cofradías”. Eso lo entiende cualquiera

El problema es que hay una gran masa de población en Sevilla –y no lo quiere ver nadie- que no tiene ni idea de las tradiciones de la ciudad. Aunque les pueda parecer extraño, hay muchísima gente en Sevilla que no sabe qué es el Corpus. Saben que hay fiesta y no se trabaja, pero no tiene ni idea de lo que es el Corpus, ni de la procesión de la Virgen de los Reyes y que San Fernando conquistó Sevilla, eso ya... San Fernando no existe, ahora es Cajasol.

Y hay una juventud que no ha recibido ninguna formación o cultura y que no ha vivido la Semana Santa y que no entiende absolutamente nada. A nosotros no tenían que llevarnos a ver la Semana santa, o pasaba por nuestras casas, o vivíamos en barrios con nombre de cofradías, sacábamos cruces de mayo y vivíamos dentro de ese ambiente.

Y todos sabemos que cuando llega algo que no entendemos, en nuestras categorías mentales vamos colocando lo nuevo que nos llega y hay jóvenes de 15, 16, con 18 años, que cuando salen de pronto al centro y ven esto, no tienen idea de lo que están viendo, es cuando llega el tumulto, la pelea, la discusión, la falta de orden público. En esta civilización del videojuego alguno hasta pensará que es una secta satánica.

Ese, desde mi punto de vista, es el gran reto de la Semana Santa de nuestra época y va a ser el de la Semana Santa del porvenir. En Sevilla se da mucho eso de “fulanito vive en el Parque Alcosa pero es de Triana”. Sí, fulanito nació en Triana y se fue al Parque Alcosa, pero su hijo no nació en Triana. Su hijo va a Triana una vez al año y hasta cierta edad, pero es que ya, el hijo del hijo, cuando se vaya a un pueblo, ese si que ya no tendrá ningún contacto con la ciudad.

Entonces, ante eso hay dos posibilidades. Una cerrar la Semana Santa, enclaustrarla. Y la Semana Santa o es la calle o no es nada, no nos engañemos. Dentro de los Templos o en lugares cerrados, no es nada. Yo soy partidario de terminar con la Carrera Oficial, las vallas, los controles…; eso no es la Semana Santa porque las cofradías tienen que estar mezcladas con el pueblo, si no, no es Semana Santa.

La otra es que la Semana Santa se abra definitivamente. O las cofradías son conscientes que tienen que ir donde no hay cofradías, o la gente que no entiende o no sabe qué es la Semana Santa, entrará en fricción. Y eso, repito, hay gente que no lo quiere ver. Lo que estoy diciendo es incómodo y es más fácil echar la culpa a lo que sea, que centrarse en esto.

Exactamente lo que pensamos muchos, sin peso en ningun sitio y por tanto sin altavoz que pueda ir sedimentando estas reflexiones. Pero hubo gente que habló en su momento, el anterior hermano mayor de Santa Marta, si no recuerdo mal, en una entrevista para Giralda TV (no se si ya era CRN Giralda), llegó a comentar que si por él fuera su cofradía iría directamente a la Catedral. ¿Y cuanto tiempo lleva recordando en sus artículos durante distintas cuaresmas Javier Criado aquello de las vacas gordas y vacas flacas preocupado por la necesidad de no cerrar las puertas de la Semana Santa a nadie? No es que se cierren las puertas, es que cada vez quiere entrar menos gente.

El hecho es ir a la plaza de la Campana (auténtico punto de llegada, todo gira entorno a ella), recorrer la calle Sierpes (todo aquel que haya vestido la túnica reconocerá que el paso por esta calle es un suplicio), pasar por la Plaza de San Francisco y la Avenida (escenificación teatral por excelencia con los palcos donde el espectáculo es inmaculado, no hay mezcla de procesión y público) y por fin, la Catedral (supuesto objetivo pero que para la mayoría no es más que un punto de inflexión para la vuelta, y es donde están los servicios).
Sólo se salva la Plaza Virgen de los Reyes, magnífico sitio para vivir las cofradías con entorno idílico pero es pay per view (ppv, pagar por ver), bueno, como todos los nombrados antes menos la Catedral que tiene una restricción horaria digna de estudio...

Las cofradías, para recuperarlas, para descorsetarlas deberían buscar en sus itinerarios de ida la Catedral, que abriría varias de sus puertas para que según el recorrido y evitando pescadillas pudieran entrar por ellas, y saliendo por la Puerta de los Palos, las que quisieran claro, otras pudieran hacer su recorrido por su barrio - al estilo de las de Triana antes de que la Hermandad de la O cruzase el río- en días de Semana Santa. Una vez más aquellos a los que llamo tradicionalistas de fin de siglo vuelven a tocar hueso, Triana ya tuvo su Semana Santa en los días grandes, sin vísperas. No sería nuevo, ni un invento, que la Hdad. de los Dolores de Torreblanca procesionara por su barrio el Jueves Santo o el Domingo de Ramos. Pero esto es innombrable. Y cuando he comentado mi idea de acceso directo a la Catedral, me tomaban por loco.

Y obviamente barrios enteros, que acaban recogiendo la mayor parte de la población, no tienen entidad propia que les identifique con alguna cofradía . Podría ser también ilustrativa y como ejemplo la cabalgata de Reyes, recorriendo reiteradamente unas calles que no recogen ninguna lógica poblacional, este año por fin pisó el Distrito Macarena, donde por cierto, hasta que se elevó a penitencial la Hdad. de Pino Montanto no tenía ni una cofradía de nazarenos por sus calles ¿que ocurre en Semana Santa en estos pobladísimas barridas? ¿Y en Sevilla Este desde el Palacio de Congresos hasta Andalucía Residencial? No se vive la Semana Santa, los interesados se desplazan a vivirla al centro. Aquellos movimientos obreros que formaron y engrandecieron los barrios del Cerro, Tiro de Linea, Torreblanca, Alcosa, etc. son impensables en las nuevas zonas residenciales o barrios con tendencia al aislamiento. La Fería, por ejemplo, hay que ir a donde la pongan si quieres vivirla, la Semana Santa en Sevilla ocurre (o debería ocurrir) donde esta la gente. Y si se puede ir a la Catedral, mejor pero sólo si se puede ir, que las romerías son en Mayo.

Sobre lo que habló Francisco Robles no quitaría ni una coma , eso sí para construir hay que dar ideas concretas, soluciones en suma, mojarse con el modelo que queremos (no sabemos si Robles quiere un recorrido obligatorio para cofradías pero de libre acceso al público, en cualquier caso es un pasito más), aún siendo improbables muchos planteamientos si se lucha quedará plasmada en la realidad futura lo mejor de ese horizonte utópico.


Diario de un derribo


Comenzó ayer la demolición de la antigua cárcel de La Ranilla (Sevilla I).
Desde la Asociación de Vecinos "La Concepción de Nervión" se ha luchado mucho para que todo el terreno repercuta en beneficio de esta parte de la ciudad (bueno, casi todo, porque el impuesto revolucionario de la parcela para construcción de vivienda libre se ha llevado -por suerte y por saber frenarlo a tiempo es poco- su parte), el Nervión viejo, encuadrado entre las avenidas de Andalucía, Tamarguillo, Cruz del Campo y Marqués de Pickman. Pronto dejará de ser, quedará en la memoria, el barrio de la cárcel.

En Diario de un derribo intentaré llevar al día mediante fotos todo lo que ocurra en los terrenos de la vieja prisión provincial.

Desde la Asociación de vecino se ha trabajado en serio, lo he vivido en primera persona el día a día de las reuniones, siempre con un objetivo único, parque, parque, parque, gracias a vosotros los sueños se cumplen.



Algun día habrá que tratar y contar lo que se ha tenido que remover para que esto empiece a ser una realidad, Nervión tendrá un parque, un centro cívico, etc. Desde luego que han pasado por nuestro consistorio mandatario de toda ideología y pelaje, y hay que decir que muy pocos han hecho algo por mejorar nuestras condiciones de vida dándole prioridad a este proyecto. Y eso que venía con el dinero debajo del brazo, que se pagaba solo, tanto derribo como contrucción, y la cosa viene de muchas legislaturas atrás, ¿no os parece extraño que haya salido tan poco en prensa los continuos retrasos? muchos tienen que callar.

Pero eso es otra historia y como desde este blog intento ser siempre constructivo.. aunque se trate de un derribo, sigamos soñando...

Frankenstein o el moderno Prometeo

Un día escribí ...

El mito de Frankenstein es, prácticamente, una idea original(1) de la inglesa Mary W. Shelley, aunque desde luego, la idea de construir seres artificiales ha estado siempre presente desde la antigüedad hasta nuestros días y en el ámbito científico en esa época ya se hacían experimentos como los del químico escocés Andrew Urde de resucitar a un hombre con descargas eléctricas, precisamente en diciembre de 1818 que fue el año en que se publicó el libro.

Lo primero que se me viene a la cabeza es relacionar esta novela con El extraño caso del Dr.Jekyll y Mr. Hyde de R.L. Stevenson y con el Hombre invisible de H. G. Wells, y lo que veo en común en estas obras es la obsesión de superar los "posibles" límites de la ciencia y querer ir más allá, rebasando las reglas de la ciencia, de la sociedad establecida y, las que más problemas le podían traer, las morales y religiosas. En la obra de Mary W. Shelley existe un trasfondo científico muy grande, sobretodo en los primeros capítulos del libro, en los que aparecen ideas y nombres fundamentales en la historia de la ciencia y la filosofía: Cornelio Agrippa, Paracelso, Alberto Magno, la máquina de vapor de James Watt, origen de la electricidad, Plinio, Buffon, la circulación de la sangre, la distribución de las estrellas, expediciones por el Polo Norte, búsqueda de nuevas rutas comerciales, etc. Desde luego era reflejo de la sociedad que vivía y del ambiente en que se movía la autora. Relacionado con la cuestión científica destacaría el hecho de que todavía existía la idea de científico universal y de la búsqueda de conocimientos al estilo (salvando las distancias) de Platón, Aristóteles, Galileo, Descartes, etc. aunque ya la especialización comenzaba a extenderse, y esto lo comento porque, a lo largo del libro, aparece esta idea muchas veces: en las cartas del navegante Robert Walton le dice a su hermana "...dedicaba las noches al estudio de las matemáticas, teoría de la medicina y aquellas ramas de las ciencias físicas que serían de mayor utilidad ...", el mismo Robert Walton se queja "mis sueños son más ambiciosos y magníficos pero carecen de equilibrio.."; en las primeras conversaciones entre Victor Frankenstein y el navegante, el primero le dice al capitán que "...Busca usted el conocimiento y la sabiduría como me sucedió a mí antaño ..." y el profesor Waldman le dice al estudiante Frankenstein "...Pero no por ello he abandonado las otras ramas de la ciencia. Mal químico sería el que se limitará exclusivamente a esta porción del conocimiento humano. Si su deseo es ser un auténtico hombre de ciencia y no un simple experimentadorcillo, le aconsejo encarecidamente que se dedique a todas las ramas de la filosofía natural, incluidas las matemáticas."

El hecho de querer crear un hombre artificial va ligado a multitud de ideas que se dejan caer a lo largo del libro. Curiosamente, durante la primera parte (hasta que el monstruo toma vida) estas ideas están como apagadas y el ambiente es positivo : un hombre bueno que se dedica al estudio y a trabajar infatigablemente para ofrecer nuevos avances a la humanidad. Es a partir de la separación precipitada de Victor y su criatura cuando el libro toma un carácter más reflexivo y dramático. Esas ideas se repiten constantemente son de lo más variado y las expongo a continuación.

Se podría tener una lectura de esta obra como la del abandono de un hijo por parte de su padre el cual no está satisfecho con lo conseguido, a esto se unen los conceptos de belleza, estética y equilibrio (2) que tanto atormentan a los protagonistas (tanto al creador como al creado) pero también la idea de que un hombre sea capaz de crear un ser vivo partiendo de la muerte (es decir prácticamente de la nada) es una clara emulación de Dios y por tanto otro conjunto de ideas que atormentan al ginebrino es el hecho de que si creaba una segunda criatura podrían perpetuar una nueva raza, una nueva clase de seres humanos con características realmente espléndidas (tanto físicas como mentales), yo diría que perfectas pero con el único inconveniente de no tener los rasgos de belleza a los que estamos acostumbrados. Los problemas morales que tenía Victor Frankenstein son evidentes y más si tenemos en cuenta el papel que la Iglesia jugaba en esa época (se entiende claramente en el episodio en que Justine se autoinculpa del asesinato de William) entiendo que un mensaje del libro podría ser que la especie humana puede terminar y aparecer otra superior, es decir, en cualquier momento podemos tener una nueva génesis.

La lucha entre el bien y el mal también surge de una manera evidente. El monstruo transforma su personalidad radicalmente justamente cuando ha conseguido lo más difícil en un ser humano que es usar eficientemente su cerebro, mientras Victor que se mueve en el plano del bien empieza a tener dudas respecto a esto (por la barbarie que cree ha creado). La cuestión que resume esto podría plantarse en los siguientes términos : ¿existen buenos y malos? ¿quién es el malo? ¿es la maldad un término absoluto?

Dentro de esta serie de contradicciones que aturullan a Victor Frankenstein, a la autora, al círculo cultural en que se movía y, pienso, que a cualquiera que medite un poco sobre el tema es el de la muerte y en esta obra ese hecho se supera. El ser humano lleva toda la vida intentando superar lo único que es inevitable. Lo que está claro es que al final el que ha ido en contra de lo establecido ha salido perdiendo, la mayor parte de su familia muere a manos de lo que el mismo ha creado, por el sueño de su vida. Curiosamente sabemos que experiencias similares a las del libro se llevaron a cabo durante esa época (aunque en el libro nunca se dice cómo lo hace sino simplemente qué es lo que hace) pero ¿se llevan a cabo estos tipos de experimentos en la actualidad? ¿qué pasa con los casos de clonación, industria genética, etc.? La opinión pública se plantea en la actualidad cuestiones morales de igual calibre que las que nos propone Mary W. Shelley. Los trasplantes de órganos se realizan de manera habitual (y es un adelanto maravilloso, gracias a Dios) pero, según he leído, se pueden trasplantar todos los órganos menos el más increíble que es el cerebro. ¿Podríamos crear un nuevo ser partiendo sólo de su cerebro?

El tema de la creación de seres artificiales tiene también nuevas salidas, que en el siglo XVIII no podían ni plantearse (Babbage concibió su máquina analítica entre 1828 y 1839), me refiero a la idea de hacer una máquina que simule la mente humana. El problema radica, no en la toma de decisiones sino en como tratar los sentimientos que no tienen nada que ver con lo físico.

Si creáramos una máquina con forma humana (piel, huesos, nervios, músculos) podría programarse para si se pincha en la piel pueda gritar (mediante impulsos nerviosos y valorando la intensidad producir un sonido idéntico al de una persona), incluso si la temperatura ambiental supera un cierto valor, la máquina podría reducir su ritmo de producción en la fábrica y quejarse por el calor.

¿Cómo reflejaría en sus tomas de decisiones cuestiones relacionadas con el amor, odio, compasión, etc.? Quizás no necesitemos respuestas a esto y no nos interesen máquinas que sientan sino que sólo piensen. El problema que se encontró Victor Frankenstein es que su criatura pensaba y sentía. Tal y como se le describe en el libro (y ahí está la maravillosa fantasía) este nuevo ser era perfecto. Inteligencia artificial en su estado puro.

Parece que las cuestiones morales se ponen contra la ciencia cuando se trabaja directamente con los seres humanos pero los especialistas en construir máquinas pensantes no creo que se encuentren con esos impedimentos. Trabajar con circuitos electrónicos no va contra ninguna creencia o religión. El problema puede venir por otro lado, estos adelantos técnicos ¿favorecen o le ponen las cosas más difíciles al ciudadano? Podemos volver a encontrarnos con las dificultades que se encontraron en la revolución industrial. Hasta ahora las máquinas, esquematizando en general, no hacen nada que nosotros no podamos hacer. Ellas tardan menos, más seguras y sobretodo más eficientes. Se crean para que hagan nuestro trabajo, para que vigilen, calculen, maniobren, ejecuten e incluso tomen decisiones lógicas pero de una manera rápida e infalible. No se crean para que sientan por nosotros sino para que nos faciliten las labores, o quizás ¿no es eso lo que se pretende?

En cierto sentido, los seres humanos somos como las máquinas, como sus cajas negras, tenemos nuestras entradas (obtenemos datos del exterior), las procesamos y producimos datos (resultados) hacia el exterior. Muchas computadoras conectadas en una red trabajan de la misma manera, quien dice una red dice transmisión por señales eléctricas, acústicas, luminosas, etc. Este tipo de redes existen ¿qué les faltan a estos sistemas para parecerse a, p.e., una conversación humana? ¿qué tiene la caja negra de una persona respecto a la de una computadora?

Parece que el tema de la programación es fundamental, las máquinas hacen lo que se les dice, aunque puedan tomar miles y miles de decisiones, son un conjunto restringido de casos posibles. Supongamos que creamos dos máquinas cuya misión es corregir y valorar textos escritos en verso (medir rimas, cantidad de palabras diferentes usadas, gramática, ortografía, etc.). ¿Podría programarse para que puntuara la armonía, la belleza de un verso que describe una relación de amor imposible? Entre los humanos los hay más sensible que otros, las máquinas son todas iguales, todas asépticas a lo no medible. Victor Frankenstein lo tuvo más complicado, su criatura era enormemente receptiva y había tomado su propia decisión, se autoprogramó. Aunque no era lo que él quería en un principio supo valorar y analizar su propio problema de manera inteligente. Solicitó una compañera, pero al hacedor esto le suponía mayores problemas. No sabía como iba a responder la nueva criatura. No estaría programada de antemano, y aunque el destino parecía tenerlo configurado, ella podría tomar decisiones no esperadas. Tendría lo que no tienen nuestras máquinas.

C. Evans en El fabuloso microprocesador (1981) decía "...El argumento basado en el hecho de que los fiables computadores hacen sólo aquello para lo que han sido programados, tienen sólo un fallo fundamental; no puede suponerse que el programador tenga pleno conocimiento (y por tanto plena responsabilidad y confianza) de los resultados que se obtendrán. Ciertamente, el programador puede poner en marcha un sistema evolutivo cuyas limitaciones no están completamente claras para él y que posiblemente le resulten incomprensibles" y ciertamente esta premisa tendría sentido si se han conseguidos programas que permitan cierto o bastante grado de autonomía. Esto de todas formas puede entenderse también como producto de un fallo en el diseño de las tarers a realizar o en los criterios para la toma de decisiones. Las máquinas las hace el ser humano, creo que Turing es más certero cuando en Computing machinery and intelligence (1950) decía "...En lugar de tratar de producir un programa que simule una mente adulta, ¿por qué no producir una que simule la mente de un niño? Sometiéndolo a una educación apropiada podríamos obtener un cerebro adulto. Presumiblemente, el cerebro infantil es de alguna manera semejante a una libreta de notas de las que podemos comprar en la papelería. Apenas hay mecanismos (escritura), pero hay un montón de hojas en blanco (../..). No podemos esperar encontrar una buena máquina-niño al primer intento. Deberíamos experimentar enseñando a una de estas máquinas y ver que tal aprende. Después podríamos intentarlo con otra y observar si lo hace mejor o peor. Existe una conexión obvia entre este proceso y el de la evolución."

Casi al principio comenté que la trama del libro se podía resumir en la historia de un hijo que es abandonado por su padre el primer día de su vida. Si Victor no hubiera salido corriendo podría haber educado, trabajado con su hijo y siguiendo las pautas de Turing, en algún momento hubiera tenido éxito. ¿Qué le hizo abandonar? Quizás le pasara por la cabeza que lo que hacía no estaba bien del todo y su propia conciencia lo traicionó, o quizás Evans tenía razón y el programador no era consciente de las posibilidades (o sí era consciente pero ignoraba el resultado final) de su propio programa.

(1) Según Isabel Burdiel : "Cabría tan sólo, con reservas importantes, establecer un precedente popular a Frankenstein en la leyenda judía de el golem que fijó Gustav Meyrink medio siglo después de escribir Mary Shelley".

(2) Manuel García Morente en su libro Lecciones preliminares de filosofía establece la estética como una de las disciplinas tradicionales de la filosofía, al mismo nivel que podría estar la teoría del conocimiento o la metafísica.

Gracias a la vida

Como me ocurrió hace más de tres años, allá por un caluroso mes de Mayo, ahora, en una lluviosa madrugada de invierno, LA VIDA con mayúsculas me ha traído un nuevo empujón, de lo que mejor que puede pasarte, un empujón de vida.

Es tu risa en los ojos la luz del mundo dijo Miguel Hernández acertadísimamente, y nos lo recuerdan en el Maternal con la cita en el marco de cartulina donde arropa la foto del recién nacido. Regalo precioso para dar calor al siempre frío entorno hospitalario.

Que razón tenía el escritor. Toda la razón de este mundo.

El momento más puro que la naturaleza nos puede ofrecer, el momento en el que comienza una nueva etapa, un cambio biológico radical, y aún con el cordón umbilical y el cuerpo rodeado de la sustancia grisacea que le ha protegido en el interior de la madre, en ese momento se juntan dos corazones, eso tranquiliza al recien nacido y recibe caricias de quienes se unieron para crearlo. No creo que en mi vida haya sentido una sensación parecida, vivir en primera persona todo el proceso del nacimento, del paso final, del comienzo de todo. Con mi primera hija, Lucía, los nervios me inundaron cuando tras cortar el cordón umbilical me ofreció la matrona que la cogiera, esa imágen no la olvidaré nunca. En esta ocasión, la situación fue más propicia y lo vi nacer. Gracias desde aquí a la matrona Juana y su auxiliar Isabel por hacernos grato ese momento tan complicado. Fali, la madre, y Martín, ahora el benjamín de la casa, se portaron como unos campeones. Y no es nada fácil.


Y es que el momento vivido comprende a la vez la sencillez de lo más humano con lo complejo de nuestra naturaleza. Lo complejo se hace fácil si se sigue el curso de la naturaleza. ¡Qué gozada ser mamíferos! Ante algo tan delicado como un recién nacido no hay palabras que expliquen lo complejo de todo lo que ocurre en esos segundos.
Por eso es una bocanada de aire la llegada de un nuevo miembro a la familia. Sus vidas, la vida, esa es mi religión, mi doctrina, mi ideología, mi partido, mi libertad.