Trilogía del acabose

Uno.-
En la oreja llevaba una flor que no le impidió acercarse a aquel cuadro. Tras descorrer la cortina comprobó que no era más que una ventana.

Dos.-
Les había pedido una cocinita y un puzzle pero le trajeron un ordenador y un carrito. A su padre, una moto. Fue el principio de una eterna sospecha.

Tres.-
Esa había sido su última tarde como vendedor de lámparas y estaba dispuesto a pasarse el resto del tiempo frente a la televisión, sentado en el sofá y con el abrigo puesto.

Quedamos pocos (o eso es lo que nos gusta creer)

Un año más hay que saber lo que se pierde
para reivindicar lo que está en el fondo
para muchos que ignoran un estorbo
para otros... de nuestra vida...simiente
Y es que inocentes empedernidos, que no santos entontecidos,
quedamos pocos (o eso es lo que nos gusta creer)

La memoria de Santiago

En un apartado rincón del hospital el doctor Suarez no sabía como decírselo, tantos cursos de atención a familiares y seguía sin encontrar las palabras adecuadas. Y aquel caso había sido su vida. Y era el punto y final de sus investigaciones. Había que despojarse de la bata de científico y ponerse el mono de padre de familia.


Su hijo no volverá a recordar nada de su pasado aunque llegará a hablar y terminará, en pocos años, siendo un chico como los demás. Eso sí no recordará nada de su pasado.

Y ahí venía el momento complicado, explicarle las razones de esta pérdida, el caso maravilloso que suponía Santiago para la ciencia o mejor callar y dejarlo ahí, las explicaciones que quedaban no iban a poder ayudar al paciente y existía la posibilidad de aumentar el dolor de la familia. Pero este caso era único. La comunidad debía saberlo, y los padres los primeros.


Su hijo no recordará nada de su pasado pero no ha perdido totalmente la capacidad de recordar, sólo en parte, sólo las que se subscriben a una serie de hitos neuronales podrán ser recuperardas con los ejercicios mentales habituales. Su hijo sólo recordará lo bueno que le haya pasado desde que nació hasta el momento del accidente pero, como le dije ... su hijo no recordará nada. Lo siento.

El extraño caso de Nito el gusanito (y II)

No son pocos lo que  se preguntan a este lado de las colinas qué es lo que hace Nito 'el gusanito' cuando baja del farol, cuando ya está fuera el sol, y es sin duda un misterio. O lo era.

Quizás les sorprenda pero Nito es un ratón de biblioteca. Pasa horas entre los libros viejos y acartonados, entre los aromas de café barato y cigarrillos liados a la forma inglesa. Se mueve entre los pasillos estrechos  de las distintas estancias como vos entre enfermeras, querido Doctor, sin que se note que disfruta del roce de los papiros. También gusta de los libros nuevos, pero de ellos aprecia sus texturas enriquecidas, como vos, Doctor, de la compañía de las jóvenes herederas del Condado de Wessex.
Nito 'el gusanito' alterna sus investigaciones con días de tranquilidad en una vieja mansión cerca de la casa de subastas Sotheby, allí, amancebado por sus dos amigas alimenta una parte de su ser que no controla su mente. Pero esto ya lo sabía usted tras el interrogatorio de la semana pasada en el que sus conocimientos sobre fisiología de  los barrios bajos aportaron más de lo que usted piensa. No es buen tipo este Nito para encontrárselo en la calle entre la niebla, ni en la cama entre las sábanas. Y sin embargo...
Lo curioso de todo esto es que no está escribiendo nada nuestro amigo, ni dicta sus descubrimientos en ningún círculo de historia o ciencia, el sólo alimenta la parte del espíritu que mejor guarda, y ahí, amigo, es imposible entrar. Esta alimentando el conocimiento por el simple hecho de saber. No vi nunca nada igual. Pura inteligencia.

Entreplantas

'Muchas veces, tantas y tantas, hablo para mi mismo más que para los demás, no es culpa mía que me escuchen.'

'Querido Leonardo, tus palabras las he recibido como latigazos en la espalda.'

'Estos papeles rotos que encontré en la papelera de tu oficina, cerca de tu mesa, en aquella planta treinta y dos del edificio más feo de tu ciudad, estos papeles no los entiendo, hay caritas dibujadas en algunos de ellos, me confunden, la imagen que tengo de un director de finanzas internacional es otra, y la de un poeta vagabundo otra. He decidido no recogerlas, este marrón se lo paso a los del turno de mañana, las que dan el repaso al mediodía. Me largo antes de que me de por contestarte. Y dejarte lo que pienso, ¡qué carajo, viejo! te lo digo claro, dejad de empapelarme el local con cartas de ida y vuelta, ni que fueramos un compás montado en un barco de ultramar, ¡Dios que pesadilla!'

'Lo último, has perdido el norte Leonardo, esto de 'salta salta salta pequeño canguro' ¿a qué viene? ¿y qué tu msmo te vas a publicar? No puedo leer con tinta roja, ¡crisis! no hay bolígrafos Bic, Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal...'

'No me cuentes volteretas. Estoy malo, no respiro bien, le he puesto zancos a las patas delanteras de la cama, para respirar mejor. No encontré otra cosa que Ulises de Joyce y Rayuela de Cortázar, menos mal que tengo señalado por dónde voy, literatura paralelas, escrito junto listillo, con unos separadores que me han traído de Creta.'

Muy normal no estaban, no, los de Arthur Fields Company, no, demasiadas horas de trabajo. Y muy poco de lo otro, ¡eh! no te pases, es lo que decían en la treinta y tres ...

Fifty-fifty. Ejemplo práctico

Siguiendo con un debate sobre la ironia, que surgió no hace mucho entre las piedras del Callejón, retomamos el asunto con un ejemplo claro. Obvio. Genial.

Decía... 'La ironía es la combinación equilibrada entre la ordinariez y la excelencia.'

Chirigota 'El que la lleva la entiende', en el año 1992, un pasodoble para no perder ni un segundo en tonterías, tendrás que verlos dos veces, la segunda para escuchar la letra, porque durante la primera vez estarás fijándote en la clase de interpretación que nos dieron los doces componentes. Maravillosos e increibles, detrás de todo están tres genios del carnaval como son Erasmo, Selu y el Yuyú. Por cierto, ese mismo año sacaron otra chirigota más rompedora si cabe con los cánones carnavaleros del tres por cuatro (que hasta ese momento no se saltaban con facilidad... pero eso es otra historia).
Y la mágica letra, que como trozos del Quijote o del Don Juan Tenorio o de tu poesía preferida deberías aprenderte de memoria ...

“Yo admiro el doble sentido”
El que la lleva la entiende (Chirigota de Cádiz)
Yo admiro el doble sentido
de algún conocido
poeta de Cádiz
con esa genialidad
y la musicalidad
de la ironía la rima
y el arte que en esta tierra hay.

Destaca la picaresca
la gracia fina de la ciudad
la cultura de dominar rima consonante
gracias a ellos escuchamos cuplés elegante
ay ay ay ele que pelotazo.

Conocen todo el Laruse todo el vocabulario
y se han dado cuenta
de algunas rimas super cachondas
viejo con conejo
olla va con polla
va trabajo con carajo
y rima Logroño con coño.

ay que cosa más graciosa
ay que forma de escribir
yo muero con esas cosas
porque de algo hay que morir.
Y si alguien se siente ofendido
no fue mi intención
y eso me rima con un buen mojón.
Addendas

Desde luego, la ironía fina es otra cosa, esa crítica que no la ves venir y que cuando te das cuenta ya se ha ido el oponente o te ha dejado pensando... ¿era a mi al que llamó carajote? Ya hablaremos un día pero es que tiene mucha injundia y hablar de las cachas de tu vecina sin que se entere ..

Pero eso es para gente inteligente y que entiende las metásforas... nosotros, el resto, nos quedamos embobaos con estas cosas... o con las nuevas tecnologías... o con la música culta... o en el trabajo que nos da de comer

Excavaciones

La historia de un país, de una civilización, no puede permitirse el lujo de saltarse una de las capas que lo van formando, tanto a las personas vivas como a las que quedan sepultadas bajo la tierra que un día pisaron. Eneko volvió a resumirlo en una de sus viñetas. Gracias por ahorrarnos horas de escritura recursiva y repetitiva.

Nunca les dijo nada

nunca les dijo nada
pensó siempre en lo mejor
callar para estar vivo
hablar para el enterrador
nadie nunca supo nada
ahora que tanto se habla
encañonó al mismo tipo
que diera muerte a su banda
encontrar un dictador al final
de su arma recortada
y no disparar certero
le faltaron las agallas
hubiera caído muerto
el que traicionó a la patria
y se hubieran salvado así
los de su sangre y su banda
nunca les dijo nada
y hasta el general asesino
dejó muda la palabra
para que no se supiese
que en una noche de farra
un rojo de cuerpo y alma
lo tuvo durante un minuto
con un pie en la cloaca

¿Por qué no se venden sellos?

Aún me quedaban cinco minutos antes de recoger a la niña de la guardería. Fue lo que me vino a la cabeza en ese momento tras aparcar el coche y darme cuenta que había encontrado aparcamiento de forma tan rápida. No me lo creía, y me acordé de una carta que tenía pendiente de enviar. Un amigo con el que me escribo desde hace años. Quizás algún día lo conocería en persona. Me faltaba el sello. ¿Un estanco? en la avenida, ¡ah! pero si han puesto uno nuevo aquí justo, parece que está empezando, estará abierto, sí, no tiene puesto carteles pero, mira está abierto, sale un cliente, tiro para adentro, no tiene muchas cosas, ¡Hola buenas tardes! ¿Habrá alguien dentro?¿Y ese ruido?¡Hola buenas tardes! ¿Hay alguien? ¿Y ese ruido?¿La persiana? ¡¡Coño!! qué se está bajando, pero ¡oiga! quien está cerrando esto, qué estoy dentro, me cago en la leche, ¿A quién llamo, tengo el móvil? En milésimas de segundo la escena de José Luis López Vázquez en 'La cabina' es lo único que viene a mi mente, me arrimo a la persiana, y grito como un descosido... ¿Hay alguien pasando por ahí?, ¿hay alguien? Pasan los segundos de forma agolpada pero los siento uno a uno como las gotas que empezaban a resbalar por mi cara. Sí señora, mire le hablo desde dentro del estanco, sí que está cerrado pero yo estoy dentro, mire, por favor, el dueño ha cerrado sin saber que estoy aquí, debe estar en la misma acera, pregunté, grite por el dueño del estanco, ha debido de salir y cerrar desde fuera, y no me vió entrar... señora no lo se, no lo conozco, ayúdeme por favor, pregunte por el del estanco....

La persiana se abrió lentamente, el aire empezaba a llenar de nuevo aquella estancia tan vacía de objetos pero tan iluminada como una sala de operaciones, escuchó voces fuera, y por fin puedo salir, en la puerta está el estanquero con dos o tres amigos con los que se había parado en la esquina a charlar. Menos mal. En la acera de enfrente, el zapatero, los de la sauna, los de la inmobiliaria, todos cuchichean entre ellos y entre risas, mirándome, el estanquero pregunta qué ha pasado, incluso me regaña, no me salen las palabras, y espero unos segundos antes de irme. El comerciante había usado un mando a distancia para cerrar tras salir por la puerta y se iba con los compadres sin mirar hacia atrás. En ese momento entraba yo. No quise hablar mucho, me fui reponiendo del susto, había que recoger a la niña, aparentar normalidad. Respirar, tragar saliva. Sólo quería comprar un sello fue lo que me salió más contundente. ¿Sellos?, me dijo, no vendo.


Cuatrocientos noventa y seis (I)

Tener un amigo multimillonario, altruista y devoto de sus amigos era un privilegio al alcance de muy pocos, y gozar de las cintas en su sala de cine particular con una pantalla gigante que al concluir la película se elevaba y dejaba ver parte de Skagen y la inmensidad del Skaggerak, al norte del mar del Norte, eso, era un placer al alcance de muy pocos. Cita obligada cada martes a las once. Él y el anfitrión. Nadie más. Sonaba un fandango. Cantaba Gracia Montes en aquella película de Bardem. Se vió entremezclando recuerdos, tiempos de vida en España. tiempos de guerra, tiempos de muerte, tiempos pasados. Domingos de resurrección. Espacios perdidos. Era la primera vez que veía la película. Aquello no lo esperaba.

Amor,
¿por qué no viniste, amor?
esta noche y la pasada
estando la noche clara
y el caminito andado
sabiendo que te esperaba

En ese instante entró su mujer. Los tres se quedaron en blanco. Esta interrupción sólo podía indicar algo inesperado y grave. Habló tras dar dos minúsculos pasos en la sala. 'Cuatrocientos noventa y seis'. ¡Den barket i den viking nøjere barket! JEG lad være tro på den happenstances. Notere opfylde hos jeres forpligtelse. På gensyn Lucas. La réplica del filántropo fue contundente. El matrimonio salió corriendo. Y el anfitrión volvió a sentarse, otra vez absorto mirando a la pantalla en blanco, alzó la mano y movió de forma elíptica el dedo índice. Volvió el ruido del motor. Había que acabar aquella historia.

El extraño caso de Nito el gusanito (I)



Nito el gusanito sube hasta el farol
y después se baja cuando sale el sol
al llegar la noche se vuelve a subir
y muy calentito se duerme por fin

No quisiera precipitarme en mis conclusiones, y como siempre su ayuda para la resolución final será de vital importancia. Por ello, doctor, quisiera plantearle unas cuestiones relativas al papel, al sobre, al estampado de la oficina de Correos, y no lo olvide... cómo llegó a nuestras manos. Siéntese pues, y permitame fumar mientras tanto, la cadencia de este tabaco del viejo coronel harán más comprensible mis explicaciones. Luego ya entraremos en otras consideraciones. Y no dude en callar cuando le surjan dudas.Ya sabe lo que me molestan las interrupciones.
(.../...)Amigo no podré responder a su pregunta hasta dentro de cinco minutos. Entonces sabremos lo que nos interesa ¿que hizo Nito durante el día, mientras hubo sol?
(.../...) ¡Hola! Señora Hudson a la hora señalada... ¿supongo habrán llegado nuestros invitados?, hágalos pasar...Mila la hormiga, Rita la mariquita...

Apoyo sin fisuras

Mi apoyo total a Luis García Montero en estos momentos tan duros. Mi adhesión a su causa no tiene fisuras. Aún siendo como soy analfabeto en materia poética desde la primera vez que lo escuché y cada vez que leo sus artículos siento que la palabra libertad de expresión toma su valor verdadero.


"Todos nosotros, profesores, alumnos y ciudadanos, nos sentimos condenados por esa misma sentencia y queremos hacer público nuestro refrendo a la trayectoria del catedrático Luis García Montero, al valor de su magisterio y a su contrastada defensa de la dignidad de las personas y las instituciones libres. Perdemos a alguien muy valioso y nos quedamos con lo que hay. Y no sabemos callarnos"

Addendas

En la web del programa La Ventana como nos indica Dama podéis escuchar la entrevista.

Ellos

 
El genial Forges sabe plasmarlo con magisterio.
Ellos nunca pierden.
Blanco y en botella.

 

Una de esas historias que debieron ser ciertas

Una de esas historias que debieron ser ciertas
(o las pamplinas que hay que escribir pa tomarse unas torrijas)

Me imagino, y aunque estoy seguro de ello no quiero que me tomen por mentiroso, que ya andará preparando su esquinita para este Martes Santo ese viejo currante con apellido italiano que nos dejó esos momentos de la pasión al más puro estilo sevillano. Lastrucci, el imaginero Antonio Castillo Lastrucci, sentado en su esquinita del cielo de San Lorenzo esperando reconocer a aquellos que fueron sus primeros hijos, hijos sacados de la gubia y del sudor, de la madera y el llanto ... ¡¡es tan difícil!!

Pero antes, habrá podido asomarse a la vieja collación de Santiago, a la Puerta Carmona, a La Calzá, a tantos y tantos sitios, que ahora nosotros, pronto, también visitaremos.Bueno, pues iba diciendo, que este viejo poeta de la madera estaba tan tranquilo preparando su esquinita, cuando un ángel de esos grandotes, vestidos de celeste, con cara de enfadao y con las alas haraposas (no penséis que en el cielo todo el mundo va sonriendo , el que es malaje, es siempre eso, un mal ángel) le entrega una carta lacrada con un sello fácilmente reconocible para todo aquel que ya anda por arriba, el sello de Santa Tecla, patrona de los informáticos, y que buenoooooo, es conocida por lo pesaita que es cuando se empeña en algo. Le temblaban las piernas al viejito, "otra encarguito de esta, no por Dios, aún me acuerdo del último que me encargó hacer, tuvo que venir hasta San Pedro para aclarar el entuerto", "¿y qué no hay más gente taco de apañá que lo haría muy bien? ¡qué me tiene que tocar a mi el marrón!"

Y empezó a leer la carta, su cara iba tomando tonos rojos, luego verdes hasta quedarse en un tono pálido blanquecino (me imagino que la misma que tendríamos nosotros si algún graciosillo hiciera en nuestro ordenador Format C:) , vamos que el hombre estaba hecho una piltrafa. Santa Tecla le había encargado que hiciera los cuatro ángeles pasionistas (que son los que llevan los atributos de la pasión, o sea los clavos, la corona de espina, etc.) para que fueran flanqueando las esquinas de un pasocristo que ya estaba hecho y que portaría la imagen de un Cristo que iban a bendecir en un nuevo barrio sevillano."¡Ahora que me iba a poner a leer el especial del periódico de este Viernes de Dolores!", "¡Ahora que iba a ordenar t´os los coleccionables que tengo sobre Semana Santa!" "¡Ahora, que estaba haciéndole un marquito repujao pa los casi sesenta pines con los escudos de las cofradías!" "Me viene con que quieres unos querubines!!" "¡Y encima con condiciones!"

Ya se estaba alterando y subiendo la voz cuando pasó por allí un tipo joven y fuerte que se extrañó de verlo alterado (la verdad no se que pintaba en la zona del cielo donde se reunen los abuelos). Se acercó más para ver que pasaba y el viejo lo cogió del brazo lo acercó al papel, y le obligó a leerlo , diciéndole, "tu mismo, dime que pone ahí en letra pequeña que me he dejado las gafas de cerca en la mesa camilla, ¡¡qué no me ha dejao ni terminarme el café!!"

"*--- Condición indispensable : los cuatro querubines deben representar los cuatro puntos cardinales de la Muy Noble, Mariana, bla, bla, bla,.... ciudad de Sevilla. Amen de tener caras actuales, no las caras que le pusiste a los judíos del paso de San Esteban, que quillo, te luciste."Le temblaba la mano del bastón al escultor, que casi le arrea al joven que le ayudaba, "¡¡Criticona, pero que se ha creío esta, mamma mia!!""¡¡Qué me quitan la pensión!!""¡¡Qué me mandan a la carpintería de San José, a currar 10 horas al día, mamma mía!!"Y así siguió relatando y dándole vueltas al coco sobre como deberían ser las caras de los niños del siglo XXI. Menos mal que el joven , desde luego más espabilao y más moerno le fue indicando aunque antes le dijo otras cosillas :“Quillo, tron te voy a echar una manita pero que sssepassss que yo no tenía questar asquí, que si me monté en la moto de Jonathan de Jesús fue por ir a ver a su chati y llevarle unas pizzitas del Plus, ¡eee!” – “”Si la buggi derrapó y luego lo del tren y todo eso, que ya que tengo que pringar, pringo pero con dignidad ¡eee! que si no le doy un telefonazo a ese que fue mangante, que es colega, y está bien relacionao con el jefe,¡eee!, Dimas, se llama, eso Dimas, ¡eee!”

“¿Tu que quieres niños en que fijarte? Po ven asquí y asómate por este bujero, mira pa bajo, tu ves esas luces asín como en triángulo, pos eso es el Continente Macarena, que ahora le disssen Carrefur , quillo, pero el güisqui sigue siendo Continen”“Fíjate bien en el niño ese que llevan en el carrito pasando por delante de el Monte, esa es la carita mejón y más linda que hay pa hacer de angelito del norte de la ciudad, y a los padres le gusta una hartá ir a ver procesiones, lo que yo te diga que el niño ese sale de nazareno el Miércoles Santo...”“¿En que hermandad saldrá?” dijo el viejo que ya se había sentado en una sillita plegable que se sacó del chaquetón y aprovecho el clarito que el colega dejó mientras encendía un cigarro.“Uhhh, eso si que es una marrona, la madre que si San Bernardo es la que más le tira que van siempre a verla salir, por la Alfalfa, por el puente, recogerse, y el padre está ya de los del puente una mijita harto y dice que La Sed es la de toda la vida, y que no está muy seguro pero que cree que un día el salió de nazareno, y por si eso no hubiera sido un sueño, quiere que su niño también salga, un follón quillo, pero entre nosotros...umm bueno no te digo ná que luego me riñen, pero que está claro, quillo que está claro.”Grrrrrrr, tosió el viejo echándose la mano al pecho, “perdone por echarle el humo que lo más importante es la salud......” le dijo el jovencillo llevándolo a la otra punta de la nube en la que estaban, “mire por ese claro, pero no se levante, no hace falta, desde ahí se ve estupendo, ve usted a uno con una camiseta de colores que anda con las piernas pa fuera, pos ese no se quien es pero tiene unas rosaura en los muslos que tienen que molestá una hartá, quillo. Los que vienen detrás , esos sí, mira ese niño si es que es prefeto pa ser angelito de la zona este de Sevilla, el niño es pa comérselo, el padre no va a ve paso ni na y se ha hecho de una secta que van de verde, bueno, y la madre si tu la llevas y la invitas a un buen café en una terracita no creo que le importe echar un ratito de cofradías, más buena gente no los va a encontrar, que te lo digo yo que me he crusao con ellos camino de los madriles, a la altura de Carmona, más o menos, pero la culpa de que a ese niño le vaya a gustar esto de los nazarenos la va a tener su tío , que es eso, un tío mu pesao, no se pierde , está en tos laos”“No me corras tanto chiquillo, que se me ha acabado el carboncillo, venga dime otro que sigo haciendo bocetos..” le indico el viejo que ya se estaba emocionando demasiado, “pues venga p´aca usted y mire a lo lejos, peasso de puente que nos hicieron en la Expo, pues ya viene chico, creo que el carril que falta se lo comieron en langostinos de Sanlucar algunos que yo conozco, vamos que m´hubiera gustao conoser pa que me invitaran a mi también, ¿no? ¿tu que disses?” y seguía guaseando el colega cuando lo llamó de nuevo “por ahí van, mire, mire, los del yate , el padre con su gorra de marinero en plan Chanquete, y el niño lo tiene en brazos la madre, taco de lindo este futuro cofrade del Señor de Sevilla , otro angelito, y este viene perfecto pa representar la parte del sur de la ciudad, ¿vaya como le pega al carboncillo?, l´ha sacao clavaito, e usted un maestro..... y digo yo, qué no lo entiendo, si este tío es marinero, y yo creía que era agricultor, ¡¡como está siempre en El Cortijo del Inglés!!”

“Hombre ya ha terminao, no falta uno, pero cucha, tu esto no lo termina pa esta semana, entre el cuajo que tiene y que está siempre yendo al váter, pierde más tiempo que la mar, eh, vamos a leer otra vez el papelito ...”“Aquí pone, que si tallados en madera de tal y de que cual, barniz del pericón bla, bla, bla, fecha de entrega, aquí, aquí, cuaresma del 2002, ah, menos mal nos hemos salvao , bueno, quiero decir que tienes tiempo de terminarlo..asín que pa representar el angelito del oeste sevillano, te digo yo que tendremos que esperar a que nazca el niño de unos que mira, asómate por allí van, no lo ve el delante llevando un carrito mano con un poco de mezcla, bueno y algo más , si, si, si mira, dos o tres cintas de vídeo, cuatro casetes de música, dos pisacorbatas de la Macarena, trece pines de nazarenos, cuatro coleccionables, un recambio de pedal de bicicleta, quillo, y no se le cae, to tan bien puesto, sin doblá , ni na, desde luego la criaturita que salga va llevar la túnica de merino de la Esperanza sin una arruga, ¡eh!, eso está claro, porque es que lo lleva to p´adelante, ¿y su mujer?, no la veo, allí viene la pobrecita, con el embarazo a cuestas, ¿y argo más, no? qué lleva colgando, ¡aaah! La cámara de vídeo, la cámara de foto, la bolsa de la cámara de vídeo, la bolsa de la cámara de fotos, una rebequita por si hay relente..¿y adonde van? ... ¡¡a comprar medicinas para la gata que está extreñía!!

“Pero ¿dónde está Sr. Castillo?, ¿dónde se ha metío?”“Aquí estoy, niño, que me tenío que sentar que ya tanta emociones no son buenas para mi, vente aquí que ya acabamos este cuento... sabes una cosa, malandrín, me has emocionado con tus historias, y el año que viene tendrá Santa Tecla su paso terminado y llevará escrita en las maderas de sus trabajaderas los nombre de a quién dedico mi obra, toma aquí las tienes, léelas en bajito que me voy a dormir un rato, avísame cuando la Borriquita esté entrando en Campana.”
Sevilla, 24 de Marzo de 2001

Todo lo que sube, baja

Pedro Molina nos inunda la actualidad con uno de los grandes científicos de la historia, quizás el último que conservó aquel espíritu que dejaron los renacentista y que ahora con la especialización son rara avis.

Grabié. Camino a ninguna parte.

La forma en que trabajo mis escritos es compleja -aunque suelo escribir de una sentada para no defraudar el espíritu de los blogueros que añoran lo no manido- debido a mi falta de preparación, y por una cuestión que no se si es común a los que cuentan historias o 'será que tengo una pinta muy rara' (como decía Radio Futura en A Cara o cruz), lo cierto es que en mi vida cotidiana, especialmente cuando voy andando o estoy esperando que deje de llover, me bombardean las ideas, gérmenes de historias que están ahí, dos colegialas vestidas antagónicamente columpiándose en un parque, un viejo paseando lentamente por una acera y dando palos de ciego a los bordillos, el momento del bocadillo del único obrero que terminará el edificio que hay frente a la parada del autobús, y que más momentos, todos esos echan a rodar las palabras, los enjuagan de verbos, los entronca con adverbios de sobresalto y duermen entre nombres propios. Y ahí se quedan. Al ponerlas 'negro sobre blanco' se evaporan y se ríen de mi, de mis intenciones creando desbarajustes en la idea original, apareciendo nuevos deseos, recuerdos que creía olvidados, nunca terminan como quiero, nunca quiero que terminen.

Y encima no tengo claro que lo que quiera sea contaros historias, quizás lo que deseo es deciros lo que pienso sobre cada cosa que pasa en este mundo, mi opinión sobre la política, la ciencia, lo expiritual y lo mágico,los ciudadanos, la decadencia personal y social, la falta de la entidad individual, sobre mi ciudad, sobre ciudades lejanas, lo que puede que quiera es desnudarme para mostrarme en el blog sin caretas, con mis dudas parlantes, y quizás a muchos sorprendería este nadar en las contradicciones, y no me ha salido hasta ahora, esa es la sensación que respiro, y me salen historias para que a cada párrafo podáis dejar de leer y continuarlo vosotros. Darle vuestro propio contexto y significado.

Las historias que han llegado hasta vosotros tienen personas de carne y hueso, tan verdad como puede serlo cualquiera de nosotros. O tan mentira.

Y a partir de ahora seré más valiente. Lo intentaré.

Si queréis leerlos seguidos (cualquier orden sería válido) os lo podéis descargar en formato pdf o en el laberinto de barrenduelas con vuestros comentarios que lo acercan a su forma definitiva.

El final siempre es el mismo (II)

Había encendido el portátil y apurado el zumo de naranja. Creía que iba a poder desarrollar lo que esas hojas perdidas y desordenadas pretendían decirme. En su momento pasé a una libreta un esquema de todo lo que contenían para poder hacerme a una idea, con la mejor letra que pude y aprovechando siempre la parte derecha del cuaderno que es donde escribo mejor ... y de nuevo el problema de la llamada dispersión, el problema del desvío de la atención me retrajo a mi infancia donde esa misma excusa la colaba para justificar mi desconcertante caligrafía 'sólo me sale bien en este lado de la carilla'. El avión empezaba a coger altura.

La noche que conocí a Cercandro, de los tres que empezamos sólo quedamos los dos al final, en El Cafetal. Era amigo de un amigo y por lo visto, aquella noche, no contaba nadie con él pero apareció. Él si lo tenía todo previsto. Intuí que se incorporaba directamente del gimnasio por la bolsa que traía y que no soltó en ningun instante. De eso me di cuenta cuando nos quedamos solos, antes, andaba más preocupado por el tercero en la reunión con quien tenía planeada una noche de aproximación directa al mundo de las pasiones orientales (o mediterráneas si se hubieran puesto a tiro) , y ese era H. Todo quedó en un sueño en forma de números de teléfonos porque apareció una ex novia a la que no le importaba recordar viejos tiempos, y ante eso, H. no pudo hacer nada, e hizo bien, sin las ataduras de un compromiso parecía que está vez podría volver a sentirse como antes. Y me quedé mirando a Cercandro que seguía fumando y esperando su oportunidad, o eso me parecía. Mi mente se centró en rebuscar en la base de datos neuronales lo que sabía de aquel tipo: nada. Lo que ponía la noche muy clara; o terminamos pronto porque se me había pasado algún detalle sobre las intenciones del colega y 'buscaba lo mismo que yo hubiera querido encontrar esa noche' o terminamos tarde si los dos descubríamos que nos hacía falta emborracharnos. Aún sin saber en que acera andaba, al rato, íbamos apurando el segundo Barceló con cola y estabamos pidiendo el primer Brugal.

Y hablamos de todo, de la falta de interés que despertaba en nosotros el sistema capitalista y la carencia de verdaderas libertades al estar el ser humano atrapado en un ciclón desde que nace, y me encantó su visión de como deberían funcionar los parlamentos y de la distribución de escaños, y de más cosas, y hasta coincidimos en reconocer el gusto y pasión por los pasos de misterio clásicos, de altos candelabros... cuando se disponía a rematar una explicación sobre la pérdida de la entidad del ciudadano ante el nacionalismo, o de como el paso del tiempo permite a las religiones envolver de mentiras y materialismo lo que era verdad y espiritualidad -me sonrío al recordar que la fregona del camarero nos estaba echando a la Gran Plaza- tuvimos que cortar de tajo. Ciertamente hablé poco, me dejé llevar por ese hasta ahora desconocido ímpetu de mi interlocutor y sin duda me estaba inundando una realidad ¿dónde había vivido yo hasta ahora? ¿es qué no había dedicado ni un minuto a pensar en lo que me rodeaba? ¿y quería llegar a ser alguien en la comunicación? no sabía nada, y lo peor, no me había preocupado por saber que había algo.
En la conversación había dejado caer varias veces anécdotas sobre él, sobre alguien a quien quiso entrevistar para un revista que se edita a ambos lados del Guadiana extremeño pero que sólo pudo conocer fugazmente al desaparecer tras una procesión de niños -una cruz de Mayo- cuando llevaban pocos minutos de charla. Todo lo que conoció de él fue por las cartas quese intercambiaron, largas cartas envueltas de prosa contundente que hacía mantener en tensión cada párrafo, cada historia, cada una de sus verdades, y sin embargo al leerlas en voz alta se respiraba magia, y cuando quise dejarle mi número, porque quería volver a verlo, volver a hablar con él otra noche, me dijo 'no habrá más noches, coge esto', y abrió la bolsa de deportes, sacó una carpeta rebosante de papeles, carpeta azul de gomillas, preñada de cartones, de papeles, era lo que había de Grabié, ahí estaba, me lo daba. 'Nunca publiques nada literalmente, con esa condición que es tu palabra, puedes hablar de todo, aprovecha lo que te doy, puedes aprender mucho y sacarle partido. Cuenta su vida, hazte contador de historias'. Y se fue.

Empezó a llover. Corrí hacia el coche, lo abrí, me metí dentro, abrí la guantera del Fiat Uno y metí la carpeta azul con gomillas, su aspereza me recordaba a los tiempos del colegio. Busqué la ruedecilla del sillón, la de echarlo hacía atrás, giré, giré y me acoplé a los muelles como pude para quedarme dormido. Borracho quizás pero asustado seguro.

El final siempre es el mismo (I)

Durante la espera no pude dejar de recordar el libro que había caído en mis manos muchos años antes, que lo cogí prestado de casa de mi abuelo, y que ya me quedé para siempre, un libro por el que pidieron la cabeza de su autor, escrito en prosa pero que se leía en clave poética, histórica y sobretodo mágica, con soñadores que caían del cielo para profundizar en los abismos del ser humano. La más compleja de las lecturas que había leído hasta ese momento no era más que una historia de personas que amaban y odiaban, que intentaban vivir.

Y también comenzaba en un avión.

Groucho versus Julius


Saco a la luz otro de quellos artículos de la vieja Secuencias, la revista mural en la que comencé a martillear mi ilusión por la escritura ¿y esto no se quita nunca? en fin, ahí os dejo de la mano de Animal Crackers y sus trabajos de investigación ...

GROUCHO VERSUS JULIUS
Realmente Groucho Marx me ha parecido, desde que lo vi por primera vez en una película (creó que fue UNA DIA EN LAS CARRERAS), un tipo verdaderamente genial y no es está la primera vez que reconozco que es de los pocos actores cuyas películas puedo ver una y otra vez sin cansarme y riendome como si fuera la primera ocasión que veo los gags.
Es por eso que las anécdotas que siempre han rodeado su vida parezcan sacadas de cualquier guión de una de sus películas.
Una de sus metidas de patas más conocidas es aquella en la que cierta noche en los estudios Paramount le invitaron a asistir a la proyección de SANSON Y DALILA (con Hedy Lamarr y Victor Mature). Al terminar la película, uno de los jefes del estudio le preguntó que le había parecido.
- Bueno - contestó- sólo tiene un pequeño defecto...
- ¡Defecto! ¿Qué quiere usted decir?
- Ninguna película -continuo Groucho- puede interesarme cuando el busto del protagonista es más voluminoso que el de la estrella.
Como podéis imaginaros la Paramount tardó muchos años en volver a invitarle a una proyección.
Si seguis leyendo puede que descubráis porque Greta Garbo nunca salió en una película de los Hermanos Marx.
Se encontraba G.M. en un ascensor de una compañía cinema­tográfica cuando entró en él la Garbo, que estaba en lo más alto de su carrera, portando un sombrero aproximadamente del tamaño de una alcantarilla, unos pantalones y una americana de tipo masculino. Groucho que estaba detrás de ella y con espí­ritu juguetón, levantó el ala posterior de su sombrero. Como era de esperar el sombrero resbaló sobre el rostro de la Divina que se volvió hacia él exclamándole:
- ¿Cómo se atreve?
- Oh! Le ruego que me perdone. Le había tomado por un sujeto al que conocí en Kansas City.
Greta Garbo y Groucho Marx no han vuelto hablarse desde enton­ces.
Una de las anécdotas que solía contar Groucho en sus entrevistas (las cuales solían acabar con la paciencia del entrevistador) es acerca de una conversación que tuvo con su hijo Arthur cuando este tenía diez años.
Arthur se había encaprichado con una escopeta de balines y su padre intentando ser severo le decía que no podía ser.
El hijo seguía acosándolo, asegurando que tendría cuida­do al disparar contra unas botellas que había puesto en las rejas del jardín. El niño ante la negativa del progenitor siguió insis­tiendo hasta que el padre, supongo que desesperado, le dijo:
- Mira, hijo, mientras sea yo quien mande en esta casa, no tendrás esa escopeta.
- Papá, si consigo la escopeta, ya no mandarás en esta casa.
Inevitable, de tal palo tal astilla.
Animal Crackers

ADDENDAS

Quisiera comentaros dos libros que recogen la vida de Julius y su relación e historia dentro de los Hermanos Marx, tanto en la vida familiar como artística,especialmente la que recogen la etapa inicial recorriendo teatros con su madre para ganarse la vida , poniendo a prueba más adelante lo que meterían en las películas, etc.
'Con  amor, Groucho. Cartas a su hija'  de Miriam Marx Allen. Colección Hojas Nuevas. Editorial Grijalbo.
'Groucho  y  yo' de Groucho Marx. Colección Andanzas. Editorial Busquets.
Si alguno se anima en las bibliotecas tiene que estar casi seguro o alguno de los variados libros que hay sobre este hombre que nunca entraría en un club donde le admitiesen.

Y no me resisto a recordar aquella escena mágica, única y con dos huevos... duros.

mrrm y Ludwing nos traen, en sus comentarios, a esta biblioteca marxista  otro libro; 'Memorias de un amante sarnoso' de Groucho Marx, en colecciones Andanzas, editorial Busquets; en la que desde su propia visión (eso estaba claro) nos hace un recorrido por la historia y tipologias del amor, envueltas en mil historias delirantes y con muchos de sus amigos de Hollywood de por medio, buena lectura, precisamente para una noche como la de hoy en la que por la radio hablaron de amores y desamores.

La diferencia

La realidad de mi angustia es la diferencia entre lo que pienso y lo que realmente hago.

Fifty - fifty

La ironía es la combinación equilibrada entre la ordinariez y la excelencia.

Apretarse el cinturon

Traigo en esta ocasión a esta entrada sin comentarios una viñeta de la gente de Caduca Hoy.
Para reflexionar o lo que surja ...

Y no me resisto a compartir está genial conversación de Romeu en El País...

Manolete

'Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes' me decía Yolanda una y otra vez, tan sólo callaba para masticar con ansia su chicle de menta, y parecía que la mala reputación de la que intentaba huir constantemente había llegado a sus oídos, seguramente cuando parece que todo es de color de rosa llega una sombra capaz de apagar una luminosa mañana, y Yolanda seguía, era como un dolor de muelas, y seguía erre que erre, eran cerca de las once de la noche y aunque ya no le escuchaba, ella seguía recordándome lo ocurrido la tarde que ya era pasado y que parecía seguir rebrotando en ella, amagué un intento de explicación 'lo que tu y yo sabemos es sólo parte de lo que pasó con la madre de José, lo que le contó a Macarena ...', nada, ni siquiera lo intenté, ¿para qué? esta mujer es como los bichos que nacen de los claveles, jamas verán la belleza de lo que tienen cerca, tan sólo siguen su destino encabronadamente, y tardé pocos segundos en recular y retomar mi pérdida temporal de conciencia, aquella que me permite estar físicamente en un sitio y a la vez construyendo mi torre de arena bajo esa alfombra azul del cielo, allá en los acantilados, y pensar que podríamos estar al este del edén con tan sólo un simple aleteo de los brazos, en el aire, mientras  tanto, ella seguía relatando 'Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes'.

¿Y te preguntarás porque empiezo así mi carta? Esto no es una canción, no es una balada de otoño, es mi carta de despedida, mañana abandonaré la ciudad, y aunque se que la salida no es por ahí, desapareceré, como ella, bajo del mar, donde la encontraron con su cuerpo inflado y sus ojos de triste llanto, dijeron los policías que pudo haber sido una noche de amor desesperada la que hiciera precipitar su destino pero no fue así, fue una batalla cruel y diaria, una persecución constante, y al final consigues detenerte y establecerte, si estuvieras aquí podrías escuchar a mis vecinos, curioso, ambos, ponen siempre la misma música, cada uno una distinta, opuestas,  pero tienen el mismo nombre 'Amor de madre'... he pasado unos años felices y sigo conservando mis botas altas que mañana me pondré, sigo enamorado de la moda juvenil, me horroriza la idea de vestirme de adulto, me gusta imitar a los jovenes, aunque chismorreen a la hora de la comida en el taller, una más, otra que añadir a las mas de cien mentiras que debieron decir de mi ... he llevado una vida relajada...he tenido tiempo para pensar, he querido cambiar, y pinto, sí, en las paredes, dibujo caballos en pijama, muchos, manadas perseguidas por un león, va con los tiempos, atrás quedaron las noches de zumo de neón y de aquellas cacerías con el hijo de la luna. Ya no me gusta  la noche, adoro la luz, añoro la luz, busco la luz. En otra pared estoy dibujando el puerto, y quiero poner más de cien gaviotas, trabajo cuando  puedo, cuando nos vamos a la cama yo me quedo despierto horas, buscando la luz.

Mañana saldré de la ciudad, he cambiado, desapareceré pero no dudaría en volver a repetir mi vida como la he vivido, a pesar de esas lágrimas de plástico azul que en sueños me inundan hasta despertarme, por eso no me gusta la noche, pero no dudaría en repetir mi vida, incluida aquella revolución juvenil en Mongolia, otro mayo francés, más moscas para los dictadores que luego mueren de viejos en el acomodo del pueblo que entre el miedo y la comodidad no es capaz de cortárle la cabeza de un tajo, pero he cambiado, mañana volveré con ella, y es que llueve sobre mojado, se repite la historia, y sin ser como la chica de ayer que ha vuelto hoy con los certificados, la que me trajo los papeles para salir, sin ser como ella, se le parecía, y volvió a hervirme la sangre, y a escuchar en las sienes aquello de 'Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes'. No se si nos veremos, espero te llegue mi carta, quizás no salga, no se, no se nada.

Siempre tuyo,

Fred Flinstone

Sigo erre que erre ...


Los de Página2 vuelven con sus propuestas de microrelatos, esta vez añadiendo a la condición de usar como máximo veinticinco palabras otra más curiosa, hay que meter el nombre de una canción. Me puse y salió esto. ¿No se anima nadie más?

Menta
Sigues oliendo a menta, siempre me ha gustado, como cuando te conocí aquella tarde de otoño. Olor a vida ahora que no estás conmigo.
Vamos a la cama
No entendía aquel individuo mi situación, cansado de la carrera, de las entrevistas, 'vamos a la cama, mañana hay que madrugar para coger el avión'.
Cien gaviotas
Desde que me pasó mi colega el disco, esa rara noche de la que no se volvió hablar más, me pregunto, ¿cien gaviotas? ¿dónde irán?
Bajo del mar
Allí estará mi torre, cubierta de agua hasta la bandera. Bajo del mar ya no será lo mismo, sin princesas ni sala de armas.
Torre de arena
El agua no entiende de ilusiones, ni de imaginación desbordante, siempre monótona y meticulosa. Sube y baja la marea derribando mi torre de arena.
Yolanda
Ya te lo dijo tu madre mientras paseabas con ella por la Corredera, Yolanda, ¡ay! mi niña, estaba de Dios que iba a pasarte algo.
La mala reputación
Pensar que otros lo habían conseguido no era suficiente. La mala reputación era su carta de presentación, incluso los días que se lavaba.
Corazón espinado
Aquel hombre había visto muchos. Su oficio es lo que tenía. Era el mejor pero aquel cirujano no supo que hacer ante ese corazón espinado.
Esto no es una canción
Tráeme una ranchera, un vals, una polka, un pasodoble, lo que sea que tenga compás, pero esto no es una canción ¡esto es tu vida!
Ojos de triste llanto
La conocí en el departamento de contabilidad, y desde el principio me atrajeron sus ojos de triste llanto. Su sonrisa, aquella mañana, me dejo mudo.
Lo que tu y yo sabemos
'Lo que tu y yo sabemos no se lo vamos a contar a nadie.' Y ese es el pacto secreto entre él y su espejo.
La madre de José
Nos habíamos visto en siete ocasiones anteriormente. Todo había ido como la seda. Hasta el día que nos pilló la madre de José. Demasiada gente.
Fred Flinstone
La últimas palabras de Fred Flinstone fueron 'qué gran día' y 'esta maldita ciudad'. Nadie entendió aquello.
Enamorado de la moda juvenil
Sin duda, enamorado de la moda juvenil tiene que estar para hacer lo que él hizo. Enamorado, fugaz y empalagosamente, de una cazadora de cuero.
Todo es de color
La celda está aislada. Máxima seguridad. Soledad burócrata. Sin embargo todo es de color en los surcos de la miseria. No deja nunca de soñar.
Más de cien mentiras
Habían empezado esa relación con una fuerza que nunca había sentido antes pero ya llevaba más de cien mentiras y había que cortar de golpe.
Zumo de neón
Cuando lo encontré estaba muerto con una sonrisa envidiable. Se debió beber de un trago todo el zumo de neón. El vaso estaba casi vacío.
Esos bichos que nacen de los claveles
Su obsesión era la naturaleza, esos bichos que nacen de los claveles, todas esas criaturas que no se ven a simple vista. Eran su vida.
La noche
Estarás cansado de ayer, de las primeras impresiones, del calor. Espera a la noche, allí verás -cruzando el puente- la prueba que estabas buscando.
Revolución juvenil en Mongolia
Había estado en casi todos los conflictos de finales del siglo pasado. Aquello de no llamarle para la revolución juvenil en Mongolia provocó su dimisión.
Aire
Con aquel tiempo era imposible comenzar la tarea que le había encomendado, demasiados obstáculos para un hombre sólo. Demasiado poco aire para él.


Con un seis y con un cuatro ...

Seguramente, deja que piense,
en aquella ocasión en que me dibujaron,
la única que recuerdo, perdí el alma y
desde entonces errante camino buscándola.


Lo había dicho claro, 'si todos fueramos sinceros ante el especialista, si dijésemos la verdad de nuestros pensamientos, de cada cosa que se nos ha pasado por la cabeza hacer, entonces todos absolutamente todos seríamos catalogados como problemáticos, paranóicos, dementes, maniáticos, o alguna de las variedades existentes, todos pasaríamos por aquí, incluso los propios médicos. La diferencia entre uno que está loco y otro que no es que el primero tiene un papel que lo pone'. Eso dijo y se quedó tan tranquila.

La locura había pasado a tratarse como una cuestión administrativa, jaleos de papeles que se decía antes. Intuía que tras aquella revelación vendrían más en forma de espionaje, tratos de favor, influencias, chantajes... y la pregunta, desde entonces me cavila y me sostiene el resto de la masa encefálica, la lucha sin cuartel en los bajos fondos habría que tenerla, sería cuerpo a cuerpo, mentira contra mentira, escrito falso frente a certificado irregular, sí, sí, sí pero qué quería conseguir, qué era mejor, tener el papel firmado o no tenerlo...

Breve e indefinido

Parece tan pequeño en su escondrijo, tan escueto en su acompañamiento, tan recóndito en el corazón de una alubia.
Ligero para llevarlo siempre conmigo.

Lejos de las leyes de los hombres

Autores: Quimi Portet y Manolo García
Interpretes: El último de la fila

Yo he visto las maravillas de la creación
sin ni tan siquiera abrir los ojos.
Y tu siempre has estado a mi lado,
a miles de kilómetros o entre mis brazos.
Te amo como se ama por primera vez,
cuando aún no hay constumbres.
Lejos de las leyes de los hombres,
donde se diluye el horizonte.
He visto el paraíso y el infierno
sin ni tan siquiera abrir los ojos,
y tu siempre has estado a mi lado,
a miles de kilómetros o entre mis brazos.
Te amo como se ama por primera vez
cuando aún no hay costumbres.
Lejos de las leyes de los hombres
donde se diluye el horizonte.

y para recordarlos...

Dando puntás (espero que con hilo) me envuelvo en una capa de nostalgia para traer el sonido de las noches de amor, cuando aún no hay costumbres y muy lejos, muy lejos de las leyes de los hombres. Y es que a nadie escuché que describiera mejor ese primer pellizco que es el amor loco y fugaz del principio. Sin saber cuales son las respuestas al otro lado, todo es natural, puro, limpio, lleno de temores, allí estaba esta canción para ponerle música a las noches sin dormir, pensando que era el fin, estuviera donde estuviera, sabiendo que ese primer desconsuelo pondría fin a nuestra dulzura, luego ya vendrían revestidos de mil capas, mil caras, mil dolores, mil perdones, mil motivos, mil momentos de pasión que te marcarían pero nunca podrían tener esa nebulosa de lo desconocido y sencillo aun siendo infinitamente mejores. Y eso es lo que nos cuentan en esta auténtica joya cuyos versos son poesía que bien pudieras haberlas escrito algún romántico del diecinueve.

... y es que no hay nada como amar por primera vez.

Dónde estábais (en los malos tiempos)

Autores e intérpretes: La Unión

Dónde estábais
Dónde estábais en los malos tiempos
cuando ni gritando conseguí
hacerme oír la voz.
Dónde estabais
dímelo o como el resto (vamos dímelo)
olvidas con facilidad.
130 noches recordé tu cara de angel
130 días lamenté no poder oír tu voz.
Dónde estabais
dímelo o como el resto dímelo (vamos dímelo)
Olvidas con facilidad.
Ahora es fácil
todo es fácil
me basta un susurro
para que de mi mano comáis
como haría un perro fiel.
Dónde estabais
dímelo o como el resto (vamos dímelo)
olvidas con facilidad.

Ver y escuchar la actuación a finales de los años ochenta...

Llevaba tiempo sin abrirme en canal en esta parte del laberinto, y esta canción de La Unión concretamente siempre se revuelve en la lucha contra el olvido, siempre esta ahí. Su letra punzante y breve como un estilete que en una noche de niebla y alcohol te clavan en el costado. Directa y letal. ¿Se puede decir más en tan poco tiempo? Sin duda desde su origen un grupo con un marcado carácter literario y una música distinta, con voz propia. Diferente a lo que había y que como la lluvia fina fue calando incluso en los que no eran fans incondicionales.

Y la pregunta, con mirada perdida, bailando en la anarquía de los sin ritmo, flotando en la pista mientras su pregunta nos sigue perforando. ¿Dónde estabais en los malos tiempos?

Tres espejos, un chiste malo y una petición

Una de las pocas cosas que no hay en el Callejón son espejos.
Pero los hubo.

Los quité porqué tenía miedo de atravesarlos y no querer regresar (pero eso es otra historia)

En un descuido alguien dejó tres pequeñitos, de estos que venden en las tiendas de decoración, enganchados con alambres y pedrería. No sé, soy malo para describir objetos y desconozco los nombres de los materiales. Pero traían tres espejitos.

Y con los nervios que me producía enfrentarme a ellos comencé a sudar, a moverme sin orden, a mover cosas de sitio, estos espejos los carga el diablo... necesitaba relajarme y decidí contarme yo mismo un chiste ... esto es que van subiendo la Cuesta del Bacalao una tejedora de sueños para que el Guadalquivir no pase frío , un lanzador de calaveras y uno de Valverde del Camino...

... que no se les ocurre otra cosa viendo unos maniquís colgados de las rejas de una ventana... que se estaba acabando el día y no se habían dado una convidá, algún santo sin novena quedará sin vitorear, y allá que se van en busca de la Bodeguita Salazar - el bar con el tío más sieso que hayan podido poner de camarero pero que es un museo etnológico el mismo, andante (poco) y que va a ser... - y después de tres rondas, ya en estado de gracia juntan sus manos e invocando a la Diosa Meme .... ta tocao Callejón

Y en estas me veo, delante de tres espejitos ante los que no puedo mentir, seis cosas que me gusten, otras tantas que no, y veintiocho cosas que me hagan feliz (si hubiera tenido veintiocho hijos hubiera resuelto por lo civil pero no es el caso). Llegó la hora de las decisiones, las cosas que me gustan y las que no las basaré en aspectos generales pero cercanos a mi propia utopia, mis sueños agolpados en un lista de viñetas, y en lo que me hace feliz (sin orden de preferencia y sin exclusividad, son sólo fotografías de un estado de ánimo) bajaré a lo concreto, a lo minúsculo, a lo más cercano a la belleza .... ta tocao Callejón

Seis cosas que me gustan:

* ¿Y qué me gusta vivir como lo pongo? pon la vida
* Las personas que se adelantan a su tiempo
* La inteligencia como capacidad de relacionar conceptos
* La libertad como el habitat natural del respeto mútuo
* La risa como la mejor de las cartas de presentación y el antídoto para salvarnos
* El lenguaje, en cualquiera de sus variantes, porque somos seres sociales aún en la más absoluta soledad

Seis cosas que no me gustan:

* La tristeza como forma de vida.
* La prepotencia. Dime de que presumes...
* El dinero, hablar de él sobretodo, la gente que mide a los otros por su sueldo, por sus gastos, por donde compra...
* Los compromisos. Quizás inevitable ... ¿seguro?
* Encasillamiento, etiquetamiento, que porque me guste un coche amarillo ya todo me tiene que gustar en ese color...
* Tener que dar explicaciones

Veintiocho cosas que me hacen feliz (me hiceron o incluso me harán, que nunca se sabe):

1.- Qué mi hija vaya diciendo que ha subido a la torre más alta.
2.- Entrar andando en un pueblo o ciudad.
3.- Tomarme un mitjet amb llima con mi amigo Armando
4.- Llegar juntos a Le petit mort (que dirían los franceces)
5.- Pasar una tarde los cuatro de parque en parque, del columpio al tobogan...
6.- Encontrarme con mucha gente para tomar unas cervezas en el Elios
7.- Los mediodías en cualquier parte del mundo, de taberna en taberna...
8.- Ir este sábado a donde voy a ir.
9.- Preguntarle a un músico que marcha han tocado.
10.- Vivir en un pais donde somos un poco más iguales todos desde la ley de matrimonios entre parejas de igual sexo.
11.- Seguir sintiendo algo especial en determinados momentos de la (mi) Semana Santa.
12.- Cantar un cuplé en una esquina cualquiera de Carmona.
13.- Llorar como una Magdalena cuando el cuerpo me lo pide.
14.- Saber que no tenemos prisa porque llegue una república.
15.- Que quiero escribir esto con mi hijo en brazos rápidamente, para ponerme a jugar con él.
16.- Lucía.
17.- Martín.
18.- No olvidar aquella noche de tunas en la Plaza de la Alianza.
19.- Ser sevillista.
20.-El sábado antes de feria, montaje y arroz.
21.- Bailar sevillanas en un palmo de tierra.
22.- Las mujeres guapas (todas me lo parecen... no puedo evitarlo)
23.- Abrir el buzon y encontrarme una postal o carta de algun amigo. Gracias Jesús, gracias Gaspar.
24.- Rodearme de gente que sabe mucho.
25.- Ver a mi padre cuidando su limonero.
26.- Que subí el puente con mi capa almidoná.
27.- Los veinte minutos del desayuno (y si es en verano buscando el fresquito natural de una terraza mejor aún).
28.- Hacer un crucigrama con mi madre.

29.- bonus track. Tener un blog

Y la petición...

qué al que inventó esto de los memes, y como dice el genial Lacava, le de un apretón de los gordos y le coja el papel muy lejos, muy lejos, muy lejos...*

* Versión libre del original trianero "Así te veas cagao, y el agua lejos".

El huevo de Colón

Eran tiempos de husmear entre la maleza que ocultaba la miseria, eran tiempos de creernos capaces de cambiar algo. Eran esos tiempos donde la lluvia más inesperada era la más deseada. Nunca había visto el mar y no por eso iba a dejar esa tarde de tocar el violín. Sus primos lejanos, en distancia y en saltos generacionales, decían que una vez habían visto un pájaro añil volar entre las nubes cambiantes y grises. 'Ningún tiempo pasado fue mejor' acabó escribiendo como epitafio.

La escalera de caracol

Mi profesora de lengua de C.O.U. nos planteó el dilema, "describir con palabras, sin usar las manos ni los gestos ¿cómo es una escalera de caracol?", la misma profesora que meses antes nos hacía ver que en las viñetas de Asterix había mucho más escondido, y entre romanos, galos, pescaderos y bardos atados a un árbol, nos seguía poniendo delante de nuestras narices la magia del lenguaje. Las palabras, tal día como hoy, y que forman ese lenguaje (no confundir con la lengua usada que ese es un aspecto puntual, anecdótico y circunstancial de cada uno) que usamos para comunicarnos entre los humanos, esas palabras son las protagonistas de este medio que particularmente en mi Callejón cumple un año. Se abrieron las puertas de la barrenduela (como la del Duende en Jimios, cerca de la de la Harina, donde recogía la cartulina amarilla llena de números para agujerear en las puertas del estadio de mi equipo de fútbol, ¡ay! ... el tiempo...), y pasaron las horas, y cumplimos un ciclo, en la medida occidental del tiempo, un año, para muchos una vida, para mi bucanero más de media, y para la que me debe una búsqueda de tesoros entre arcos de herraduras y balconadas para princesas, tiempo para descubrirse. Para la convivencia nuevas experiencias y para el Callejón de los negros un sin fin de comentarios llenos de opiniones, respuestas y cariño. Pero todo tuvo un comienzo, su propio Silmarillion ... Lo primero que se publicó, tal día como hoy, surgió de unos días de observación cansina hacia el horizonte atlántico, enterrado en arena e intentando escapar del peso que eso suponía. Abrí la libreta y escribí Titiritero,
Cuando me di cuenta ya era tarde. Tan lento de reflejos como siempre. Y si me hubiera dado cuenta tampoco hubiera podido. Y luego del error se pasó a la comodidad, bueno, a la búsqueda constante del camino rápido, el que evita coger el toro por los cuernos, esquivando, toreando mal. Ahora sólo me queda oler el buen potaje desde lejos, remover con el cucharón de vez en cuando pero seguir lejos de la cocina. Sigo en el salón, y ni siquiera en el sofá. Me siento en el suelo.
La arena me entraba en los ojos y tuve que esquivar preguntas respecto a lo que mi silencio y cabeza enredaban, y me surgieron Sin rumbo, Personaje, y encadenados vinieron Alas, Naturaleza cruda y Dioses,
No tienen caminos que no hayan experimentado, conocen hasta el último rincón del sitio, del tiempo que les ha tocado vivir.  El mañana lo dominan, el presente lo viven, el pasado lo ignoran. Por eso temen hablar a la luz de una chimenea en una noche de invierno.
Pero antes ya me había lanzado a un mundo sin eco, con Arroyo Garabato, en el que escribía mucho sobre mi Semana Santa, libros y paseos o caminatas. Muchos de estos han ido apareciendo como el Guadiana en esta su nueva casa. Y sin duda que son esos cuentos de Por el camino más corto los que pusieron los primeros adoquines que luego me llevarían a la Cuarentena Sevillana ... En constante cambio y acercándome lo que me dejen a la belleza de las cosas. Con las palabras como principal argumento (que me perdonen los puristas si alguna vez pongo alguna foto)
Continuaremos explorando y abriendo los caminos iniciáticos que cada lectura, cada mirada, cada referencia expuesta ante los ojos del que os escribe vaya surgiendo. Gracias por vuestros comentarios pero sobre todo por vuestros silenciosos y bellos pensamientos más solitarios en esta escalera de caracol que llaman blog, relatario o cuaderno de bitácoras en tierra firme. Escalera de caracol me gusta llamarla, cada uno con la suya a cuestas. NOS LEEMOS.

De como dos chinos subieron en su nave a la torre más alta, y otras cosas que pasaron

Quedamos en eso, yo te cuento un cuento sobre la torre más alta y tu me llevas el próximo día al castillo que hicieron los árabes, por la puerta del león, y me dices donde está el tesoro. Hoy me lo he pasado genial subiendo cuestas, viendo como cada vez se estrechaba el camino y tu te escapabas de mi vista para darme un susto en la siguiente esquina. Y arriba las campanas. Qué grande eres mi niña, grande como esta torre, eres la princesa, y tu lo sabes, ¡ah! quien te ha dicho que no lo eres, ¡ese mequetrefe! como lo coja lo cuelgo del palo mayor de nuestro barco pirata, no grites que se despierta el corsario pequeño y chillón (también marinero de agua dulce) y ahora no te duermas todavía que viene el cuento, sí, el de dos chinos que subieron en su nave a la torre más alta y otras cosas que pasaron.
Todo empezó una mañana que me desperté antes de tiempo, antes de que el sol entrará por el ojo de pez y de que los perros del panadero decidieran que ya se acabó la noche, antes de todo eso ya estaba en planta. Quería salir temprano pero ahora no recuerdo para qué, bueno, la cuestión es que tenía prisa, y en poco tiempo ya estaba preparado, ¿ dónde iría yo tan temprano? bueno, sigamos, salí de casa, y pisé el suelo del asfalto callejero, respiré profundamente y cuando iba a poner el pie en posición de ¡¡allá voy pa donde sea que no me acuerdo!! se me plantaron delante dos señores nada bajitos pero con cara de preocupación que se me quedaron mirando, y habló el del mostacho blanco, "¿es usted de aquí?", "Sí aunque no se a qué aquí se refiere, ¿le importa que baje la pierna", "Es suya, haga lo que quiera con ella" - me contestó el otro (que sin mostacho era un chino mandarino como el primero) -"necesitamos ir a la torre más alta, es misión secreta y urgente", "pero hombre yo les indico ...". No me dejaron terminar, me cogieron del brazo y amablemente a empujones me llevaron hacia el final de la calle, en la esquina del pasaje confirmé que eran chinos mandarinos auténticos, no entendía lo que decían, parecía que tenía que llevarlos a algun lado, a la torre más alta, y montados en su vehículo, una nave espacial, o eso parecía, que estaba flotando a medio metro del suelo. Me seguían sujetando aunque intenté zafarme varias veces, escaparme quiero decir, no hubo manera, así que pensé que a lo mejor no lo había entendido bien y les dije algo que interpretaron como que podían llevarme donde quisieran. Ni intenté pedirles que me dejaran llamar, ahora sonreían, y me ofrecieron dentro ya de la nave, un café y una tostada " a la española", dijeron. No tenía hambre pero me comí uno de los molletes, cuatro sorbitos para tragar y un par de caracolas de chocolate. Me dio apuro ahora que empezábamos a entendernos. dejarles la comida tirada. "Vamos a subir y desde allí se verá algo más claro". Me agarré donde pude, como tiraba aquello, que repris que dirian los rancios, el sol se quedaba atrás y nosotros hacia la torre, estaba claro, pero si sabían ir para qué llevarme, con la de cosas que tenía que hacer esa mañana, en la que me levante antes de que los perros del panadero decidiran que ya era hora de acabar con la noche, y allí estaban tan chiquititos desde lo alto, ya corrían, buenos días... y la vieja fábrica de cervezas se iba alejando, y más alto subíamos, más claro veía la torre y menos ruido y miedo sentía,, "¿vienen bien equipados estos trastos?..."
Allí estaba, preciosa, altiva, veleta, nos la han cantados poetas y soldados y allí sigue, princesa, enfilando el cielo y soportándonos a los sevillanos y a los turistas, y ahora a los chinos que llegaban en naves espaciales, "vamos a tener problemas para aparcar", intenté explicarles lo de la zona azul y la peatonalización, y las cadenas que rodean la Catedral, no hizo falta, ya estábamos debajo del lagarto mirando el plano. Te quieres creer que nadie nos dijo nada, "era una nave que estaba dentro de las naves , y que seguimos, qué justito entra esto, ¡los espejos!", "aquí hay unas costumbres, zona peatonal, el alcalde no quiere que vayamos en coche de un lado a otro, y ahora me estaba metiendo hasta el mismo centro, ¡toma!" Y empezamos la subida, sin pisarle mucho pero a velocidad de crucero, los que subían y bajaban andando se tenían que pegar a la pared o meterse en los balcones, "¡Dios que bulla" gritó una señora, y volaron gorras de Nike y de los Celtics, y macutos, algunos italianos nos aplaudían, los franceses tomaban notas sobre las marcas de la chapa y los japoneses fotos, y llegó el tapón, en la rampa veintiocho no calculó el del mostacho y nos quedamos atrapados. Ni para arriba ni para abajo. Y venían detrás un grupo de norteamericanas solteronas y un colegio de Torreblanca, y por delante seminaristas de Oviedo. Dentro, dos chinos y tu padre, hija, sí, como cuando en el viaje de fin de curso en el colegio me quedé encerrado con las ensaimadas en el ascensor del hotel, ¡¡Aranda otra vez usted metiéndose en líos!! Tu padre y dos chinos atrapados en la torre más alta. La grua nos iba a crujir, qué, no nada hija, las cosas de los padres. Pero termina bien ya verás.
Sí, claro, terminó bien porque apareció otro chino, que luego resultó no ser chino mandarino sino chino filipino, que hablan un chino al estilo de Tarzán y que se llama tagalo, el chino filipino no, ese no se como se llamaba, es su idioma, bueno, llegó con grandes movimientos de brazos y un destornillador que empezó a usar de forma increible, "sanear, sanear, sanear" se le escuchaba, y nos dejó en carcasa limpia. Arrancó de nuevo el que no tenía mostacho y hasta arriba. Tuvimos que dejar la nave antes de las escaleras. Qué maravilla, tu ya lo viste, se ve todo, y me cogieron en volandas otra vez los chinos mandarinos, y en su mapa iban apuntando todo lo que les iba diciendo, lo que veía y lo que me imaginaba , algunas cosas no estaba seguro pero daba igual les contaba una historia, y apuntaban más deprisa, y el río, y la cornisa, y las torres de la plaza de España, y la Alameda, y San Lorenzo, y Santa Justa, y más torres, y los feos edificios que tu ya sabes, y más cosas, estaba rendido, " y aquello es Santa Cruz, pero..." ya no estaban, allá que iban con el chasis descolgado, se marchaban volando, hacia el infinito y más allá supongo que es donde está China, suponiendo que fueran chinos mandarinos de verdad porqué empezaba a sospechar de su color verdusco y unas extrañas orejas en las que no me había fijado antes. Pero eso, es otra historia para otro noche, princesa, buenas noches ...

Andando se entiende la gente

Demasiadas veces -muchas últimamente- cuando tengo algo que decir no me salen las palabras, si estoy sentado comodamente se produce un colapso en el fluir del pensamiento, me levanto y al pasear vuelven las ideas. ¿Por qué no tengo una grabadora, en mp3 o algo de eso? intento, estando de pie, caminando, recrear lo que quiero plasmar, hablo solo, haciendo los diálogos. Se me queda una mujer mirando al ver que hablo con una farola poniéndome un dedo como bigote. Los diálogos no tienen porque ir marcadamente separados, la gente no habla así. Me vienen a la mente obras clásicas donde el autor usa como técnica narrativa la carta o epístola, y las memorias, ¡madre mía que memoria tenían algunos para recordar detalles y luego escribirlos en una carta! Me comentaron un día que uno de los autores más leídos escribía muy bien pero se perdía en el mundo de los detalles, y eso le agobiaba, y eso mismo hace que otros lo idolatren. El mundo de los detalles. Para observadores. No me preguntéis por un nombre, no sabré responder, se me habrá olvidado pero una cara no deja nunca de reflejarse en mis pupilas, se graban, fotográfica me dijeron que era la memoria. Sigo teniendo poco que decir y mucho que contar. Hace nada me entraron ganas de seguir al primero que se cruzase conmigo, ya me contó un colega de estudios que a él legustaba perseguir a vagabundos con la cámara de vídeo, no llegaría a tanto, simplemente buscar otras vidas, de la calle Crédito a Niño Perdido, o de Gorrión a San Juan de la Cruz.

Algo definitivo

Tienes que escribirme algo definitivo, algo que impacte, lo quiero para mañana, algo que pueda restregarles a los burócratas del sistema, algo que les duela, algo que les retuerza el ombligo, algo por lo que nos odien hasta hacerse daño con el pensamiento, algo porque el que recuerden a este periódico y a su director, y a su presidente, y a sus accionistas, y a sus jodidas rotatorias, y a nosotros, Waldo, a nosotros, que no nos vayamos nunca de sus cabezas. Que escupan sangre cuando lo lean. No me falles Waldo. Tienes que sacar lo mejor de ti, que es lo peor para ellos. Nos han intentado quitar del medio y ahora, ahora, se las devolveremos todas. Tienen que tener un punto débil, algo que les haga pensar que han perdido, Waldo, el ataque final. Luego, en dos días, nos vamos, lo tengo preparado, no digas nada en casa, ya les explicarás en el aire, saldremos volando todos, enciende la mecha, rumbo a los cráteres, allí tendremos que trabajar, no hay dinero pero ellos se quedaran aquí recogiendo sus vísceras en los despachos presidenciales. Muchos caeran. Waldo dime algo. A cinco columnas, portada del último diario. ¿Ya lo tienes? ¡Dámela! ¿Qué hacer ahora? Salen del planeta los últimos miembros de la oposición. Cuarenta y siete mil funcionarios del sistema de seguridad global se quedan sin trabajo. El régimen no tiene a quien vigilar. No sabrán ya que pasa hasta que el hambre llame a sus puertas. No hay nada que hacer. No hay nada. No hay trabajo. No hay a quien perseguir.

Relatario


La palabra relatario no está en el diccionario pero a mi me gusta y como no corrompe a otras existentes la agrego a mi particular diccionario, más cortito y menos pesado de llevar que los dos tochos oficiales, y ahí es una pena podría hablar mejor, y suena estupendamente, relatario, párate y no sacudas la palabra como haces con la toalla desde la terraza del apartamento de la playa, déjala que se deslice entre tu boca semiabierta para la ocasión, y no la emplees para gritar, no, relatario te la presto para que la uses en condiciones. Y si no me la devuelves. Ya perdí crestación y me llevé un disgusto. Los fabricantes de palabras oficiales tienen unas reglas, unos cánones, unos emonumentos, curioso es que los fabricantes de palabras oficiales utilicen las que ya están para regir su forma de vida. Por eso los no oficiales, los ilegales entre los luthiers de las letras, no tienen reglas. Les guía el honor. Son muy grandes porque tienen una profundidad que no podemos entender. Trabajo con el más grande, a su sombra, es viejo e inteligente, justo y rebelde, su aprendiz de las vocales sigo siendo. Cuando se retire a su tierra le guardaré en su bolsillo, un regalo para el viaje, fregote, creo que le gustará. Pero sigamos con lo nuestro.
Está palabra, alza la voz mientras lees, ¿no serás de los que se averguenzan de su voz?, las palabras están para oírlas, venga, relatario, puede serte útil. Todo relato que escribas debe buscar la belleza y ser breve y poder formar parte de tu relatario. De tu vida, en suma.