Los Dalton

Les llamaban los Hermanos Dalton por su enorme parecido a aquellos asaltadores de bancos a los que el vaquero Lucky Luke encerraba una y otra vez. Los reales sólo eran tres y nunca habían pisado los centros penitenciarios del país.
Llegaron por primera vez ante el juez de guardia en una gélida mañana de enero. Una mañana de témpanos y carámbanos que en temperatura empataba a la que se respiraba en el despacho que presidía la jueza Torres Carrizosa. El frío que rodeaba a los tres hermanos era un bloque inquebrantable que hacía caso omiso de los chorros de aire caliente que salían de los respiraderos de la pared. Sólo el menor tenía las manos esposadas a la espalda y se mantenía erguido. Los otros dos mostraban sus cabezas agujereada en el centro de la frente. El resto del cuerpo lo cubría por completo una caja de madera construida con tablones que aún conservaban las impregnaciones de su anterior contenido. Museu del Cántir. Argentona. Frágil. Fràgil.
El menor de los hermanos confesó su crimen. Reconoció ser el asesino de sus dos familiares. Admitió que él disparó certeramente las dos balas. Sus dos primeros disparos en sus diecisiete años de vida. Agregó a sus escuetas afirmaciones que él simplemente cumplió con su destino. Respetó el camino que la vida le había asignado. Mató a su hermano Francisco por ser un ser humano malvado. Lo más humano que pueda existir. Mató al mediano Carlos por ser un animal malvado. Lo más animal que pueda imaginarse. Francisco mataba siempre por placer. Carlos por necesidad. Y con los ojos llorosos se sentó.
¿Ha terminado su declaración?- dijo en voz alta la magistrada tras esperar varios segundos.
Sí, señora, sólo me queda preguntarle ¿Por qué maté a mis hermanos?- y agachó la cabeza hasta casi clavarse con furia el mentón en el pecho. Ese mentón tan afilado como el de los hermanos Daltón a los que el vaquero Lucky Luke encerraba una y otra vez en la prisión del condado.

7 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Vaya frío que se ha apoderado de mi y vaya si se ha roto el hielo al final.

Un aplauso Antonio

Juanma dijo...

Ciertamente desconcertante. La recreación es fantástica. Uf, enhorabuena.

Y un fuerte abrazo.

rossy dijo...

El fiscal pedía 15 años de prisión; la acusación particular, 18. Su defensa alegó, como circunstancia eximente, que era ezquizofrénico. Caso visto para sentencia ...

Eladio dijo...

Me da pena que terminaran así, siempre me cayeron bien los dalton y siempre esperé que algún día le dieran su merecido al soso de lucky luke.

un saludo

Reyes dijo...

Después le dejó en libertad por falta de pruebas.
Siempre me gustaron más los Dalton que Luke.

Edward dijo...

Al final la justicia dará una posible respuesta a la pregunta. Lo acertado o no de está dependerá de la habilidad del picapleitos de turno.

Gran relato.

Un abrazo!

Antonio dijo...

Luz de Gas RadioBlog .. el hielo debe convetirse en agua para luego evaporarse por el calor... un abrazo.

Juanma...ciertamente hay situaciones que simplemente no se esperan... un abrazo.

Rosalía... por tus manos habrán pasado más de uno visto para sentencia con eximentes... Besos.

elzalemo... ¡Y tan soso! Saludos

dama... ahora andará en algun centro de día. Besos.

Edward... creo que andas cerca de la realidad de nuestra justicia (o de todas). Cuenta más el dinero que tengas para defenderte que las pruebas de tu inocencia.
Un abrazo.

NOS LEEMOS.
Antonio