Hace tiempo que le pregunté a alguien muy cercano que llevaba más de treinta años viviendo entre nosotros como un andaluza más, qué es lo que le pareció en su momento la procesión de la Virgen del Rocío, en su recorrido por la aldea, a hombros de los almonteños, con situaciones que para los ojos no acostumbrados pueden parecer exageradas e incluso fuera de sitio, ¿te sorprendió tanto como aquellas anécdotas que nos contabas con tus alumnos sevillanos durante tus primeros años de docencia? Procesiones hay en todos los sitios pero llevar a la Virgen sobre una marea humana, no creo, puede que pusieran algo por televisión, algún segundo en el telediario del salto a la reja o la serrana romería de la Cabeza o la subida al Sacromonte del Cristo de los Gitanos entre hogueras. Cosas del sur, digo yo, pero ¿qué te pareció aquella primera visión todos queriendo tocar sus varales? ¿Y los niños levitando entre brazos en alto, nadando hacia Ella? ¿Y esos curas de pueblo, subidos en hombros como Curro saliendo de la Maestranza exaltando a la Reina de las Marismas y dando vivas hasta quedarse afónico? ¿Dónde has podido ver tu eso antes? ¿Que impresión te llevaste?
Y hace tiempo que me contestó sencillamente que no, que no le sorprendió en absoluto. Y le doy vueltas ahora al asunto sobre aquella explosión de religiosidad hacia una devoción que llegaba a poner en peligro hasta la vida de las personas que no renunciaban a nada con tal de tocarla y hacía que la propia Imagen venerada llegara a ofrecer estampas realmente sufridas a ojos de un espectador que mirara la situación desde un único punto de vista, el de la racionalidad hacia unas gentes aplastadas y una obra de arte a punto de estamparse contra el suelo. Pero ¿Y esas otras miradas?, la llamada religiosidad popular tiene tantas fuentes como ríos van a parar al mar, y no me sorprendió nada cuando me contó que durante un tiempo, de niña, vivió en la capital del Turia, y observaba cada año desde el balcón de la casa donde estaba alojada, lo mismo que desde hace cuatro siglos ven -el segundo domingo de Mayo- miles de valencianos, desde su Basílica a la Catedral, el traslado de la Virgen de los Desamparados, eso si, no son tan exágerados en este caso y esta procesión sin control de pasiones marianas dura menos, sólo hay que recorrer unos doscientos metros.
Estos 17 segundos ilustran más claramente lo que os he contado.
Estos 17 segundos ilustran más claramente lo que os he contado.
Valencia,
Altitud: 15 m. Latitud: 39º 29' Longitud: 0º 24'
8 comentarios:
Yo no lo ha visto (tampoco he ido al Rocio) pero tengo unos amigos valencianos y se les ilumina la cara cuando la narran.
Valencia es muy especial. Su sentimiento y devoción tal vez no sean, en el dia a dia, tan extrovertido como los nuestros, pero es tan hondo y emotivo como el que mas.
Gran tierra, gran pueblo.
siempre que lo veo por la tele alucino.. yo nunca lo he entendido, pero supongo que mi rotunda falta de fe debe ser un handicap dificil de superar..
saludos!
Impresionante amigo. Gracias por traernos este momento que no conocía. Nunca he estado en El Rocío, pero evidentemente se lo que se cuece cuando sale la Virgen. Al parecer no es la única salida conflictiva.
Un abrazo.
Soy el de la ultima imagen en la esquina inferior derecha. es una devoción muy grande la que tenemos los valencianos hacia nuestra madre. y se lo demostramos asi. mucha gente nos critica, pero creo que no hacemos daño a nadie. es un momento increible.
Gracias F. Díaz por tu comentario. ¿De que año puede ser la foto?
Muchas personas desconocen la gran similitud que existe con la procesión de la Virgen del Rocío pero más de uno se quedaría "pasmao".
Un abrazo
Antonio
Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
Siempre hay que dejar márgenes, querido anónimo....
;-)
Antonio
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