Manolete

'Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes' me decía Yolanda una y otra vez, tan sólo callaba para masticar con ansia su chicle de menta, y parecía que la mala reputación de la que intentaba huir constantemente había llegado a sus oídos, seguramente cuando parece que todo es de color de rosa llega una sombra capaz de apagar una luminosa mañana, y Yolanda seguía, era como un dolor de muelas, y seguía erre que erre, eran cerca de las once de la noche y aunque ya no le escuchaba, ella seguía recordándome lo ocurrido la tarde que ya era pasado y que parecía seguir rebrotando en ella, amagué un intento de explicación 'lo que tu y yo sabemos es sólo parte de lo que pasó con la madre de José, lo que le contó a Macarena ...', nada, ni siquiera lo intenté, ¿para qué? esta mujer es como los bichos que nacen de los claveles, jamas verán la belleza de lo que tienen cerca, tan sólo siguen su destino encabronadamente, y tardé pocos segundos en recular y retomar mi pérdida temporal de conciencia, aquella que me permite estar físicamente en un sitio y a la vez construyendo mi torre de arena bajo esa alfombra azul del cielo, allá en los acantilados, y pensar que podríamos estar al este del edén con tan sólo un simple aleteo de los brazos, en el aire, mientras  tanto, ella seguía relatando 'Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes'.

¿Y te preguntarás porque empiezo así mi carta? Esto no es una canción, no es una balada de otoño, es mi carta de despedida, mañana abandonaré la ciudad, y aunque se que la salida no es por ahí, desapareceré, como ella, bajo del mar, donde la encontraron con su cuerpo inflado y sus ojos de triste llanto, dijeron los policías que pudo haber sido una noche de amor desesperada la que hiciera precipitar su destino pero no fue así, fue una batalla cruel y diaria, una persecución constante, y al final consigues detenerte y establecerte, si estuvieras aquí podrías escuchar a mis vecinos, curioso, ambos, ponen siempre la misma música, cada uno una distinta, opuestas,  pero tienen el mismo nombre 'Amor de madre'... he pasado unos años felices y sigo conservando mis botas altas que mañana me pondré, sigo enamorado de la moda juvenil, me horroriza la idea de vestirme de adulto, me gusta imitar a los jovenes, aunque chismorreen a la hora de la comida en el taller, una más, otra que añadir a las mas de cien mentiras que debieron decir de mi ... he llevado una vida relajada...he tenido tiempo para pensar, he querido cambiar, y pinto, sí, en las paredes, dibujo caballos en pijama, muchos, manadas perseguidas por un león, va con los tiempos, atrás quedaron las noches de zumo de neón y de aquellas cacerías con el hijo de la luna. Ya no me gusta  la noche, adoro la luz, añoro la luz, busco la luz. En otra pared estoy dibujando el puerto, y quiero poner más de cien gaviotas, trabajo cuando  puedo, cuando nos vamos a la cama yo me quedo despierto horas, buscando la luz.

Mañana saldré de la ciudad, he cambiado, desapareceré pero no dudaría en volver a repetir mi vida como la he vivido, a pesar de esas lágrimas de plástico azul que en sueños me inundan hasta despertarme, por eso no me gusta la noche, pero no dudaría en repetir mi vida, incluida aquella revolución juvenil en Mongolia, otro mayo francés, más moscas para los dictadores que luego mueren de viejos en el acomodo del pueblo que entre el miedo y la comodidad no es capaz de cortárle la cabeza de un tajo, pero he cambiado, mañana volveré con ella, y es que llueve sobre mojado, se repite la historia, y sin ser como la chica de ayer que ha vuelto hoy con los certificados, la que me trajo los papeles para salir, sin ser como ella, se le parecía, y volvió a hervirme la sangre, y a escuchar en las sienes aquello de 'Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes'. No se si nos veremos, espero te llegue mi carta, quizás no salga, no se, no se nada.

Siempre tuyo,

Fred Flinstone

14 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Bravo Antonio.

Has cogido todos los títulos de las canciones y has escrito una carta que deberías enviar a página 2 seguro que les gustaría ver como has continuado con su propuesta.

Manolete, el pobre, se da cuenta cuando está metido hasta arriba y después no sabe como salir. Esos momentos más que los bueno son los que recuerdan los que quieren hacerte daño y no hay viaje iniciático que te ayude a esconderte.

La cara bien alta, que nos quiten lo bailao. No se si volvería a repetir lo hecho hasta ahora pero la experiencia no te la dan al nacer.

Volveré a leerte has dicho tanto en tu carta Sr. Flinstone.


Un abrazo, atentamente te saludan los que van a desayunar.

La gata Roma dijo...

Nunca entendí porque tradujeron tan mal ese nombre, aunque Pedro Picapiedra quedaba genial; se me olvidó decirlo el viernes, me encantaban…
Fantástico, ha sido tremendo, lo malo es que aún siendo de letras, echando una cuenta rápida me da que te has pasado de las 25 palabras… pero ha sido un resultado tan bueno...
Enhorabuena, a ver después de esto por dónde nos sales.
Kisses miles

Verdial dijo...

Me ha gustado mucho. Por momentos rememoré mi época pasada. Y aunque haya momentos en los que me gustaría poder borrar retazos de mi vida, no dudaría, como tú, en volver a vivir todo lo que hasta ahora he vivido.
Muy profunda la reflexión que haces, y muy agradable el volver a recordar los nombres( y por consiguiente se te viene a la mente la música), de tan inolvidables canciones.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Perfecto, muy bien hilado tu argumento con los títulos de las canciones que nos hacen recordar que seguimos pasando por aquí a pesar de todo. Mi madre decía:levanta la cabeza y mira hacia adelante, derecha, que nada te venza.
Yo además añado que nada te puede vencer pues hasta lo malo te ha servido para aprender,además sino supiésemos lo que es malo no sabríamos apreciar lo bueno, que de eso también hay mucho.
Una sonrisa, un guiño y "palante".

Saludos

Rosa

Joana dijo...

Me ha encantado tu carta!Yo tampoco cambiaría nada de lo vivido, lo bueno y lo malo. Y estar siempre pensando en: y si hubiese hecho o dicho... no sirve de nada, simplemente evitar no cometer el mismo error otra vez.

el aguaó dijo...

Si es que, cuando nuestra querida Gata y yo lo decimos, será por algo.

Vestirte con la genialidad a diario tiene que ser algo muy elegante.

Magnífico querido Antonio. Sublime.

Un fortísimo abrazo.

P.D. Yo tampoco cambiaría nada.

_MeiA_ dijo...

No me deja poner comentario en tu entrada hecha de hoy... no se pk será...

Muchas gracias por tu visita! un besazo!

Reyes dijo...

Es magnífico.
Entre todos y con tu ayuda, hemos creado algo increible.
Mándalo a página 2

Antonio dijo...

La luz de gas, ¿quema? le preguntaba a una gata roma, que es una gata que no araña y que nada tiene que ver con la ciudad del Lazio... pues ni idea le respondía una amiga mientras bailaba y cantaba al son de aires malagueños ¿ o recogía aceitunas en el Alentejo? Y nadie me respondía...

Ni en las canciones de Mecano, una rosa es una rosa encontraba la respuesta, ni la verdad de la buena, de una`punta a otra, de los valles pirenáicos a las llanuras riberñas donde hay agua en abundancia, agua que no apaga la luz de gas, agua de la del cántaro... que emana de un río que tiene su costurera particular.

Y se me fue la pinza... tan sólo para deciros gracias por vuestras aportaciones a mi historia y a _meia_, bienvenida (algunas entradas no admiten comentarios pues son viñetas o artículos de otras webs donde podéis aportar comentarios, sólo las traigo aquí porque me identifico con ellas)

Saludos
Antonio

Herodes Antipas dijo...

Antonio y yo ¿que quieres que te diga? Pues que escribes como te sale del forro de los...
Un fuerte abrazo...

panterablanca dijo...

Genial, no hace falta decir nada más.
Un lametón de pantera.

panterablanca dijo...

ESto era por tu relato, pero lo mismo se podría decir de las viñetas del post de arriba. Geniales.
Besos felinos.

radioblogueros dijo...

Querido Antonio:

Nos encantaría entrevistarte mañana en la radio de los blogueros, sobre las 19.40 horas. Si te apetece, puedes ponerte en contacto con nosotros en el 954460546. Te hemos enviado un correo electrónico por si prefieres facilitarnos tu número de teléfono de esa forma. Muchas gracias. Un abrazo radiofónico.

Antonio dijo...

A paso muy lento, lejos de los grandes, con más miedo a crecer que a vivir.

Gracias por vuestras palabras.

Antonio