Mal y tarde
Punto y seguido.
Siguiendo una iniciativa de La radio de los blogueros, aquí está mi aportación a esta manifestación de finales.
Todas las cosas empiezan cuando otra termina. Es ley de vida, incluso es necesario que vayan acabando para que empiecen otras. Muchos creen que salvo la muerte todo tiene su continuación. Y hasta en lo de lo necrológico el propio ser humano ha estructurado nuevas vidas para después del final de los finales, cielos e infiernos al gusto del consumidor.
Todas mis situaciones comprometidas las he solucionado en casa de Jorge. Entraba con un problema y salía con la solución y una borrachera. Tenía una habitación acondicionada para escuchar música. No entraré en detalles técnicos pero había mucho dinero invertido entre aquellas cuatro paredes. Producto todo del final del matrimonio de sus padres que desde su adolescencia lo colmaban de regalos para no perder nunca su sonrisa individualizada. Sonaban Danza Invisible cuando me saludó desde su cama medio tumbado y leyendo un cómic de los Strumtruppen. Al verme asomó su pequeña cabeza peliroja -quillo no volveré a ver más a Clara, se marcha a Madrid a las cuatro, nunca más, sólo me queda el recuerdo de una noche, que noche quillo, que noche, mi noche, sólo me quedarán recuerdos- y volvió a meter su nariz en la segunda guerra mundial vista desde unas tiras cómicas.
Poco me quedaba a mi por hacer allí, el santuario de mis problemas estaba en la boca del lobo y lo innombrable había venido a devorarlo. Antes de marcharme le dije - Jorge creo que nuestra canción favorita del disco de estos malagueños ya no es El Club del Alcohol- y cerré la puerta sin esperar respuesta.
Desde la calle, frente a la ventana que da a la habitación de Jorge durante muchos domingos de otoño se le pudo ver leyendo cómics mientras sonaba su nueva canción favorita en un equipo de alta fidelidad Philips.
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El fin, el fin del verano.
El fin del verano siempre es triste,
aunque entre las mantas pueda hablar de amor
del cielo beige al cielo gris oler castañas
y entre el humo anhelar el calor.
Pero el fin del verano es triste,
aun cuando sabemos que todo es un ciclo
y llegará el día en que sudando
desearemos otra vez el frío enero.
El fin, el fin del verano.
Es el momento de la lluvia,
las hojas muertas color ocre,
la hora del sueño del lagarto
el fin del verano es triste, querámoslo o no.
Lejos de los ojos guardaremos la piel.
El fin del verano siempre es triste,
aunque entre las mantas pueda hablar de amor.
La noche alarga su jornada y el día, vago y breve, se escapa.
Abril es el mes más cruel,
alguien lo dijo antes
pero el fin del verano es triste
y ahora aún soy joven.
Los Dalton
El indolente
La ciudad
La cruz en el mapa
El plan B
El arroyo Garabato
Última entrada en el Arroyo Garabato
El viajante
Pieles secas
¿Por qué nadie te vio nunca llorar?
Vida condicional
El nuevo proyecto
Sabiendo que puede volver a enamorar ganará la batalla que la tiene ya tres años encerrada en casa...
N.
Tenía algo que contarte
Psst, psst, que vienen, que vienen
ENTRE ROJAS
Primer largometraje de Azucena Rodríguez y en el que se tira a pecho descubierto sobre un tema cargado de resquemores y heridas no muy lejanas. Se mezclan en la carcel de Yesería una actriz de reconocido prestigio (Penélope Cruz), actrices que van empujando (Cristina Marcos, Ana Torrent) y una novel a la que habrá que se¬guir la pista (María Pujalte).
¿Recuerdan a Rosa Bergés con Boom, Boom?, pues no se estrañen de ver a Azucena Rodriguez recogiendo el mismo premio que Rosa recogió en su momento como mejor director/a novel en los Premios GOYA.
COMER, BEBER, AMAR
Una nueva comedia de Ang Lee (el del Banquetes de bodas) contándonos los problemas que surgen en la vida de un repu¬tado cocinero de Taipei, padre de tres hijas rebeldes.
Por medio aparece una viuda gruñona y muchos enredos. En fín, si la anterior valía la pena, supongo que se puede intentar com¬prender el nuevo humor taiwanés.
ANTARTIDA
Seguimos con otro nuevo. Este viene acompañado con un plantel técnico curioso: como guionista Francisco Casavella (El triunfo, Quédate), la fotografía de Javier Aguirresarobe (La madre muerta, Días contados). El director es Manuel Huerga que ha estado traba¬jando anteriormente como realizador de televisión y artista video¬gráfico.
Es la historia de una huida y la que huye es Ariadna Gil, con un pelo "oxigenado" y sorprendiéndonos con un inusual aspecto canallesco, es una heroinómana de un pasado de color de rosa.
Junto con su director debuta también el actor Carlos Fuentes.
BARCELONA
El director Whit Stillman (Metropolitan) arroja a dos jóvenes estadounidenses en la Barcelona de los ochenta para ver como se defienden. Película romántica pero con el duro transfondo de la sorpresa que provoca sobre los norteamericanos el rechazo europeo ante la agresividad política exterior de aquellos años. Suerte Whit.
Como en tantas ocasiones

La primera visita
El pequeño Zoid
Corre, vuela, venga muchacho, esta vez seguro que lo consigues, venga no te rindas, quítate todo de la cabeza, piensa sólo en correr, en ir más deprisa, acelera, tienes que aumentar el ritmo, al final está la victoria, y esa es para uno sólo, es para ti, muchacho corre, bien, bien, queda menos, bien, no mires para atrás, bien, así está bien, ese esa es la cadencia, el espíritu del invencible, del guerrero tribal, ese es mi chico, vamos, saliste bien, hay que acabar mejor, ser el primero, del resto no se acuerda nadie...
A todos los espermatozóides de este mundo cruel
Estupefaciente
En esta distancia que os describo mirábamos el movimiento de su blusa. La separación entre los botones dejaba que el aire que surgía con fuerza de las paredes jugueteara entre sus pechos mientras realizaba su trabajo. La especulación silenciosa e imaginativa sobre su cuerpo, su vida fuera de Polonia, sus pensamientos respecto a lo que le rodeaba era el entretenimiento de parte de los empleados de la oficina. Especialmente de los becarios del departamento de Análisis Financiero. Suponíamos que el sentirse observada la hacía más radiante, más bella, más fría y especialmente, increiblemente más sensual. Muchos hubieramos seguido seis meses más bajo el yugo de la esclavitud camuflada, moderna, multimedia, global y consentida en que se había convertido nuestra vida de becarios.
Circunferencia
'¡Aranda otra vez!'.
'Pero lo de ayer era...'
'No moveros que vienen a sacaros'.
'De aquí no nos movemos se lo aseguro'.
La última vez que me quedé encerrado, décadas después,
fue porque necesitaba sellos para Palma.
La primera frase

A veces pienso que estar contigo me da vida. Vida envuelta en tu amor. Propongo un viaje. Quizá el amor no sea más que un invento del cine. A los setenta años pocas cosas te quedan ya por hacer. Salió de la sala y se metió en un bar de esos donde las cosas del sexo pueden parecer más fáciles. La literatura era su vida...días enteros escribiendo. Siempre quiso hacer un viaje de cine. No sólo literatura necesita nuestra vida para curar las heridas que produce su andadura. Durante mi vida tuve mucho amor, aunque preferí el sexo. Su sexo.
Veintitrés euros con cincuenta y cinco céntimos
Todo el que quiera puede terminar el cuento usando como máximo otras cincuenta palabras.
Estoy deseando leeros. GRACIAS
La alegría de encontrar en un pantalón -que ya ni se acordaba que tenía- veintitrés euros con cincuenta y cinco céntimos le produjo tal revuelo en su vida que desde entonces no pierde la sonrisa, no tiene un mal gesto con nadie y tiene el cuerpo inflado de esperanza.
Pensó, ¿qué haré ahora con estos veintitrés euros con cincuenta centimos? Fue a dar un paseo y se encontró a una mujer pidiendo ante la puerta de una Iglesia con su niño en brazos, le dió la mitad de su dinero y con el resto hizo la compra del día.Esteban (por otro medio) también nos dejó su final...
Presentimiento de que cualquier día puede ser especial. Bastó una mirada a los dos billetes y el puñado de monedas para recordar… era el cambio que devolvió el camarero del restaurante de aquella primera cita con la que tiempo después llegó a ser su esposa. Por cierto no dejó propina.
Pan, algún embutido. Poca cosa. No quería gastarlo todo porque había tenido una idea: darse una vuelta por la ciudad en autobús. Llegó a la parada. Esperó. Eligió al azar una línea cualquiera y, al subir, al pedir su billete al conductor, se dio cuenta de que acababa de enamorarse.
Veinte paquetitos de tres euros cincuenta, reliados en papel de periodico para ser canjeados en el primer banco por flamantes billetes, ¡como lo pudo olvidar con lo que le pesaban los bolsillos! los emplearía en comprarse una tonelada de rabillos de pasas para la memoria, que estaba gastándole malas pasadas.
... compraría un par de piñatas [jo! con lo que me gustan! ya las estoy viendo!] y las llenaría de chuches y juguetitos [probablemente tendría que echarle algo más de dinero, pero no me importa], las colgaría en el patio de mi casa, llamaría a mis 4 sobrinos ... y a disparar fotos!
Al salir de casa y meter las llaves en el bolsillo sintió el tacto del dinero olvidado, le dio un vuelco el estómago, no era de angustia, por fin.
Saco la mano, contó el dinero, 23,55. Pensó: no está mal, no es un capital pero para un homenaje me da.
Porque es tan soñador que cree a pie juntillas que algo tan bueno le pasará dos veces...
El recuerdo se hizo presente, la rabia del pasado se convirtió en perspectiva,
sumó unos euros para poder completar el billete de tren de vuelta y reafirmarse
en que todo había sucedido como ella había pronosticado.
Luis (por otro medio) también nos dejó su final...
Acababa de llegar a su casa un sábado por la noche. Había gastado todo lo que llevaba en copas para él y sus amigos (o eso pensaba). El bolsillo le pesaba, pero calculaba sólo unos pocos euros en mucho cobre. Se acostó, y mientras le decía al armario que no se moviera, contaba las monedas, 20, 21, 22, 23 con 40, 45, 50 céntimos. y el billete? dónde está? Sólo había monedas. Al menos había algo.
El HumilladeroSu sonrisa le llego fresca como si delante de él estuviese todavía ,el tiempo parecía transcurrir lentamente desde hace tanto meses.
...Nos da tiempo de otro café aun no llaman para abordar el avión
Un año pasa muy rápido cuando el invierno entre crujiendo sus pasos en el otoño regresaré...
Luz de gas.Hoy es mi día de suerte pensó al meterse la mano en el bolsillo de la vieja sahariana y encontrar aquella fortuna. Salió dispuesto a gastarlo en un antojo, paró su Vespa en el semáforo, un moreno se le acercó diciendo: ¡Amigo!
44º a la sombra.
Tomate algo fresquito paisa...
Pantera blancaSalió raudo y veloz hasta la calle y caminó entre las tiendas acariciando las monedas con las yemas de los dedos, nada le atraía lo suficiente como para invertir en ello su tesoro. Siguió caminando hasta el acantilado, el aire lo empujaba hacia atrás pero la fuerza le hacía continuar adelante. Era la mar.
Thiago.Ése era justo el dinero que le faltaba para comprarle a su novia el anillo de compromiso que le gustaba. Eso, sin duda, no podía ser otra cosa que un buen augurio
UveNo era por el dinero en sí, su alegría era porque nunca había encontrado nada antes en su vida...
Salió a la calle y se gastó 3 euros con cincuenta céntimos en gominolas, chocolate y un refresco, lo demás lo guardó. Ahora tenía 20 euros para vivir un poco más...Fauve.
.Té
Nunca había confiado en las compañías de bajo coste, pero entendió que era una señal del destino y compró el billete de ida a Londres. Decidió conocerla y al llegar supo que la había encontrado. Era ella. La mujer de su vida.
Oriana
Cada mañana buscaba entre su ropa vieja, camisas prehistóricas, chaquetas imposibles. Revisaba bolsillos y pliegues. No podía fallar. Siempre encontraba la misma cantidad: veintitrés euros con cincuenta céntimos. En algún lugar, un hada de la fortuna se arrepentía terriblemente por haber empezado esta cadena viciosa de dependencia disfrazada de ilusión.
Dime una mentira...
En esta mini sección dentro de FILA CERO queremos recoger aquellos diálogos, que por diferentes razones, se nos han quedado clavados en la mente. Si de alguno no nos acordamos, entre todos podemos sacarlos. Os esperamos con vuestras aportaciones.
Comenzamos con JOHNNY GUITAR , película del oeste de 1954 dirigida por Nicholas Ray (La Crosse 1911 - Nueva York 1979) y que entre los críticos de la época levantó calificativos como abstracta, surreal y que estaba llena de amargo romanticismo. Este director fue el que realizó Rebelde sin causa (si no recuerdo mal, primera película del mítico James Dean).
Otras películas suyas son: La verdadera historia de Jesse James, Rey de reyes, 55 días en Pekín.
Para los curiosos: estando ya retirado del mundo de la farándula y mientras se dedicaba a la enseñanza, realizó un "sketch" llamado Wet dreams.
Pero nosotros a lo nuestro: en el papel de Johnny Guitar tenemos a Sterling Hayden y en el de Vienna a Joan Crawford.
JOHNNY :Dime una mentira. Dime que me has esperado todos estos años.
VIENNA : Te he esperado todos estos años.
JOHNNY : Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
VIENNA : Habría muerto si tu no hubieses vuelto.
JOHNNY : Dime que me quieres todavía, como yo te quiero.
VIENNA : Te quiero todavía como tú me quieres.
JOHNNY : Gracias. Muchas gracias.
ANIMAL CRACKERS
NOTA : No confundir a Nicholas RAY con un director de cine hindú llamado Satyait RAY que nació en Calcuta en 1921 y que de momento no tengo noticias de su fallecimiento.
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Añado la secuencia para los que no la conocen..
Diálogo breve de un hombre y su espejo
- ‘Como no sea el Donut que me estoy comiendo creo que estamos en dimensiones distintas’ le contestó el madrugador empleado de la Compañía Eléctrica del Pacífico.
Veinticinco de junio
Dos palabras por día. Salvo cuando libraba Ramiro, el asturiano de Tapia de Casariego, que no había querido extender la encomienda, por lo que había días que aportaba tres nuevas ilusiones para compensar los días que no podía llevar ni comida ni ladrillos a su paisano encerrado desde hacía meses por sus ideas contrarias al régimen gobernante.
Hasta el instante en que llegara el papel y los lápices que había pedido al alcaide.
Exactamente cinco fueron los comités por los que tuvo que pasar su petición antes de ser aceptada.
Mientras pasaron los días y las noches. Cada mañana con el desayuno una agrupación de sílabas nueva. Y con el almuerzo otro tanto de letras ordenadas. Las quince primeras eran propias del funcionario que más obsesionado si cabe que el futuro escritor comenzó a buscar en los libros. Y en su casa empezaban a sospechar de intrigas y amorios al verlo marchar a la capital en sus días libres. No buscaba placeres, buscaba palabras en donde más hay: en los carteles de los comercios, en la publicidad, en las bibliotecas, en las conversaciones de tranvía.
Cuatrocientas palabras para una historia.
Comenzó el preso a memorizar desde el primer día. Nada acostumbrado a ello pensó en otros métodos de almacenamiento. Nada punzante iban a permitirle para marcar las paredes.
Las palabras acabaron rayando la bandeja de la comida, en el reverso. Una junto a la otra. Cada doce horas una palabra nueva. Y él seguía pensando en su historia. Cada día con dos palabras nuevas para poder incluirlas en un futuro. Alargaba las comidas el máximo permitido para así familiarizarse con los vocablos. Cuando llegara el papel los fijaría negro sobre blanco para ordenarlos correctamente. Más tarde los enlazaría con nuevas de su propia cosecha que llegarían para reconducir a las primitivas por el camino de la la idea original. Y darles sonoridad en el contexto de la historia. Todo eso estaría por ocurrir.
Finalmente llegó el paquete esperado. Olía a papelería. Le vinieron recuerdos de sus paseos hasta el colegio por el camino de la playa. Y el sonido de la lucha vil entre el mar y los acantilados.
Junto con dos cartas. Una manuscrita del carcelero en la que formalmente se despedía del reo y con un añadido en la esquina superior derecha que recogía lo que verdaderamente quería expresarle pero que obviamente por el control postal no podía hacer en su plenitud. Era el título que le proponía para su historia.
Y la otra carta, con sellos, membretes y tampones de sobra conocidos para él. Redactada a doble espacio y con letra centrada en el folio... una fecha.
Veinticinco de junio del presente año.
Incendio
Y sin embargo parece que alguien está pensando en querer hacerte daño. No digo que lo haga. Ni que lo haya hecho. Ni que lo hiciese si tuviese oportunidad, sólo digo que parece que alguien está pensando en querer hacerte daño. Y tú te preguntarás como llego a esa conclusión y te preguntas cómo puedo saberlo. Ahora que me das la oportunidad te lo cuento. Ahora que definitivamente has decidido quedarte, te lo cuento...
Resulta ahora que me saltas con que eres hippie...
Estoy cansado. He pintado el techo del cuarto de baño. Voy vestido para la ocasión. Gorra de publicidad verde...
Por la lectura (escrito de José Luis Sampedro)
Me adhiero profusamente al escrito y al escritor.
POR LA LECTURA
Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos... Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.
Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.
Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?
Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.
Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
El regalo de María
---------------------------------------------No me dio sexo, no me dio literatura de piel escurridiza, no quería viajes de por vida, no quería películas de cine con sonido dolby, resultó que quería amor. Y la dejé por imposible.
El aguaó...
A veces pienso que estar contigo me da vida. No sólo es por el sexo es por algo más. Es por algo extraño. Algo que hasta hoy no conocía. Ni siquiera lo había visto en los libros o el cine. Me siento como inmerso en un viaje de ilusiones, con vértigo constante y pellizco en el estómago. Me siento feliz. No sé... quizás esté loco. No pretendo nada. Esto no significa nada. Sólo es un grupo de palabras juntas, no es literatura. Creo que es... creo que es Amor
Vida envuelta en tu amor, palabras deslizadas por tu sexo, literatura inagotable de mi viaje interno poblado de tu aroma, tus sentidos y el paisaje de tu mirada como escenario de un viejo cine olvidado.
Propongo un viaje. Un viaje por un libro; algo espectacular, de cine, no mejor no; algo más cercano, que hable del amor, si, con un poco de sexo, pero del que aparece insinuado y sensual. Pero una buena literatura, además de todo esto tiene hablar de la vida. Buen viaje.
dama...Quizá el amor no sea más que un invento del cine. Al igual que la vida, talvez invento de la literatura. De lo que estoy convencido es de que el sexo es un viaje por tu cuerpo...un amor de cine, un momento de la vida que merecer convertirse en literatura. Sube, amor: quiero iniciar un viaje contigo, sexo o cine me da igual. Ahora sé que quiero tu vida. Toma la mía.
Como de una historia de esas que se ven en el cine, el encuentro con su cuerpo aquella tarde por casualidad para reencontrame con el sexo pasional que desconocía me hizo pensar que es posible sin amor. Un viaje a través de los sentidos. Fue como la buena literatura, como ese libro que se lee una vez en la vida y te marca eternamente para siempre jamás.
A los setenta años pocas cosas te quedan ya por hacer; y tal vez por eso, a él le gustaba hacer lo mismo al caer la tarde. Se sentaba en un sillón que miraba a la ventana, encendía un puro, veía caer el sol y sobre todo recordaba. A veces con fotos cerca, la compañía de un libro o recuerdo. Había tenido una vida plena, una vida de cine, había logrado vivir de la literatura, había disfrutado de los viajes, las fiestas, el sexo, los amigos, incluso en un tiempo, conoció el amor… Había tenido una vida plena, y cada tarde, al caer el sol, se sentía más vacío.Luz de gas...
Salimos del cine y nos metimos en un bar de esos donde el sexo puede parecer más fácil. Nos encontramos con Esteban que venía de un viaje por Turquía, venía con su último amor, un estudiante de literatura. Nos tomamos una copa y nos fuimos a casa. Esta es mi vida.
La literatura era su vida...Dias enteros escribiendo...Es hora de dormir...En un rato...Apaga las luces ven pronto.
Donde se quedo el amor, la ternura a pasión y el sexo,ella lo mira desde la ventana lo siente está ahí! ...
No tiene conciencia del viaje final ,su memoria es una pantalla de cine sin imágenes...Algo a robado sus recuerdos, instantes de lucidez devuelven el brillo a sus ojos ...estás ahí! ...
Quiero que me lo devuelvas!....Nuevamente sus ojos se hunden en el vació... El Alzheimer se lo llevo todo.
Lacava...Siempre quiso hacer un viaje de cine, al corazón de África. Apenas le quedaba tiempo de vida, el médico fue todo lo realista que ella le pidió con su diagnóstico. Lo había interiorizado, no se concedería tiempo para las lamentaciones y la autocompasión. Quería amar sinceramente, dejando salir lo que tanto tiempo había ocultado y hacer en los días que le quedaban todo lo que no pudo hacer en años.Llamó a Claudia esa misma tarde. Claudia había sido su amor oculto de juventud. Nadie lo supo entonces ni lo sabía ahora. Aquello lo dejaron por imposible; demasiados riesgos para la época que les tocó vivir. Era profesora de literatura en el instituto en el que estudiaron y se conocieron. Quedaron al día siguiente a la salida del instituto, como en los años dorados que disfrutaron.Fueron a almorzar al restaurante favorito de María; pequeñito, coqueto y con un ambiente muy familiar en el que era fácil sentirse a gusto. Cuando María comenzó a contarle a Claudia sus planes sus manos se rozaron y se agarraron con fuerza. Una lágrima de emoción recorrió la mejilla izquierda de Claudia. No se habían tocado así desde la última vez que tuvieron sexo, tantos años atrás que un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
No sólo literaturaFauve...
necesita nuestra vida
para curar las heridas
que produce su andadura
que como en un cine, a oscuras,
busca su acomodador,
que con su luz dé esplendor
y compañía a tu viaje…
Será el mejor equipaje:
más que sexo, se llama amor.
Durante mi vida tuve mucho amor, aunque preferí el sexo: era joven, demasiado joven. Sabía apreciar la literatura, que no me podía faltar, pero sí el amor. Amaba ir de viaje, odiaba el cine (los cines, más bien). Hasta que descubrí que lo que realmente importa es... la vida.
Porque sin ella no hay amor.
Pero me di cuenta cuando ya estaba muerta.
Trago corto
En el cuadrilátero
('Extraño ser', El blog de Ro)
Por el camino más corto
Que maravilla poder poner el título de la entrada en singular. La cuarentena se acaba, la entrada de mañana tendría que titularse, no queda ningun día, y eso tiene un nombre, pero, tranquilos, disfruta del último día de nuestra particular puesta a punto.
Este día que hoy transcurre con una lentitud contagiosa que cuando menos te lo esperas da el salto fugaz para dejarte en las puertas lo que tenías como meta hace ya casi cuarenta días. Con sus casi cuarenta noches.
Y termina aquí aquello que empezó. Como todo en la vida.
Vuestras muestras de afecto han permitido que este año me lanzará a escribir cuando estuve cerca de dejarlo para mejor ocasión. Ha valido la pena. Esta cuarentena tiene su fundamento en lo cotidiano, en la relación entre las personas teniendo como punto de encuentro la red, como medio maravilloso para compartir lo que por las circunstancias de cada uno no permiten salir a la calle estos días de espera y como recopilatorio de anécdotas, viviencias, sufrimientos, pasiones, olvidos...
No quiero dejar pasar la oportunidad de recordar aquel Foro Abierto que el actual hermano mayor de la Hdad. del Sol, Fco. Javier Parrado, pusiera en la red y que hace ya muchos años nos permitiera exponer nuestros pensamientos y reportajes fotográficos en la red. Fue un (el) pionero aunque esto le pese a algun gallito de pelea (¿como dejar de lado el colmillito cofrade...?).
Y luego vino el momento de gloria para los foros, con el mítico Foro El Nazareno que llegó a convertirse en núcleo de unión entre cofrades de toda España. Acercando a todo el mundo nuestra Semana Santa. Y lo más importante (que daría para varias entradas más) recortando distancias entre los cofrades metidos de lleno en sus hermandades y los capiroteros. Ahí se hizo un trabajo que quizás no ha salido del todo a la luz...
Y el siguiente escalón que estamos subiendo dentro de esta escalera de caracol, que permite compartir tanto a los que gustamos de vivir la Semana Santa a la sevillana manera, es la proliferación de los blogs. Pero de esto ya sabéis más que el que os escribe.
Un abrazo. Nos leemos.
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
(“El dinosaurio”, Augusto Monterroso)
La convivencia con este tipo de personas nos lleva a la desesperanza, al desengaño, a la decepción, a la contrariedad, al chasco, a la amargura, al despecho, al desaliento, a la frustración, al fracaso, a la incredulidad, al desánimo, al descorazonamiento. Es un dinosaurio de la escena, un monstruo de la interpretación, un depredador en el escenario. Me tiene enganchada y por eso cada mañana deseo que al despertarme ya no esté a mi lado. Que se haya marchado, incluso con otra. Que me abandone él porque yo no puedo hacerlo. Nunca sería capaz y sin embargo, es mi única escapatoria.
TIC
(“TAC”, Javier Mije)
‘Y sin embargo se mueven las manecillas’ balbuceó el reo tras la confesión que le salvaría la vida.